El cerebro humano tiene un volumen medio de 1.300 centímetros cúbicos. Aunque a lo largo de la evolución hemos ido perdiendo dimensiones, pues hace 30.000 años estaba en 1.500 cc, los investigadores se preguntan si es o no una ventaja biológica conservar un cerebro comparativamente más grande de lo que correspondería a un primate de nuestro tamaño.

El hecho es que fueron las mayores dimensiones del cerebro lo que nos permitió evolucionar. Lo ha confirmado un estudio de la Universidad de Cornell, en Nueva York (EE.UU.), que trataba de desentrañar el factor más decisivo en el desarrollo de los animales más inteligentes.

Las posibilidades eran dos: que fuese la formación de áreas cognitivas especializadas lo que ayudase en ese despegue del pensamiento. O bien que fuera el incremento del tamaño del cerebro lo que hubiese contribuido a un perfeccionamiento de la mente. Y triunfó la segunda hipótesis. Así, según el citado estudio, es únicamente cuando el cerebro se hace más voluminoso cuando progresan otras redes neuronales que se adaptan a necesidades específicas, como podría ser el lenguaje.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores estudiaron el cerebro de 58 aves canoras (pájaros cantores), pertenecientes a 20 familias distintas. En la medición del encéfalo y de otras áreas se vio que las zonas de las que dependía la emisión de sonidos eran considerablemente más voluminosas en aquellas especies que producían cantos más complejos y variados.

La investigación también reveló que cuanto más sofisticados son los movimientos que deben realizar las aves con el pico para alimentarse, más desarrollada está el área cerebral que controla la actividad de la boca y la cara. De este modo, aquellas especies que se alimentan de semillas y tienen el pico grueso y corto son favorecidas por un área cerebral más especializada, pues han de realizar más esfuerzo para abrir el grano.

Sin embargo, los insectívoros, que tiene el pico largo y fino y no necesitan un trabajo tan preciso para comer, no disponen de áreas especializadas cerebrales tan amplias.

A pesar de que se entiende que el cerebro humano es más grande de lo que le correspondería, solo ocupa el 2% de la masa corporal. Sin embargo, su gasto energético es comparativamente muy alto, ya que consume el 20% de la energía de cada jornada.

Mantener el cerebro nos cuesta bastante. Pero, al margen del debate que relaciona tamaño (cerebral) con inteligencia, parece necesario contar con una mente de grandes dimensiones, de acuerdo con esta investigación.

Son los cerebros más grandes los que presentan una corteza más desarrollada. Y es de la corteza cerebral de donde dependen procesos como el pensamiento, el razonamiento, la comprensión, la planificación, el lenguaje, la toma de decisiones o la expresión de emociones.

Definitivamente, el tamaño del cerebro sí importa.