En su opinión, "el ICAS, con el gobierno del PP, llegaba a tener superávit de 1,2 millones, era una máquina de producción cultural, el eje de la cultura en la ciudad y procuraba tanto el mantenimiento de los creadores culturales, como de las salas y del patrimonio de la ciudad". "Fue un instrumento útil al gobierno del PP y a los anteriores de PSOE, así como a los vecinos", afirma a preguntas de los periodistas, tras visitar la zona de la antigua comisaría de Policía Nacional de la Gavidia.

Así, considera que si la gestión del ICAS es "una ruina, si consiste en cesar al gerente y al director de una Bienal de Flamenco desarrollada de manera excelente, dimiten dos directores artísticos, el problema de gestión no es de la institución, sino del delegado, que no sabe, quiere, puede o tiene tiempo de gestionar la cultura".

Incide en que el "caos administrativo" es responsabilidad del alcalde, Juan Espadas, "que es quien establece las competencias de cada delegado y no de la estructura del ICAS". "Si hay que hacer mejoras bienvenido sea, pero si el fracaso de Muñoz lleva a hacer desaparecer el ICAS sin saber qué organismo va a crear, qué nombre va a tener ni qué modelo de gestión será, lo que está haciendo es una huída hacia adelante", asegura.

Además, prevé un "otoño difícil" para Muñoz desde el punto de vista cultural porque "puede haber más facturas sin pagar y más gestión irregular del ICAS". "La producción cultural sufrirá una rebaja al tener que pagar facturas del año anterior y el cierre de Antiquarium y de salas será perdida de la capacidad cultural de Sevilla", concluye.