El gupo Doal, que gestiona el servicio de la ORA y de la grúa en la ciudad desde hace más de dos años, y el Ayuntamiento han salido malparados de una sentencia judicial hecha pública ayer, que anula la resolución que adjudicó a la empresa la explotación de esas prestaciones.

El juez ha estimado parcialmente la demanda de la empresa Setex-Aparkisa, concesionaria que explotó la ORA durante cerca de 20 años antes de la actual. Ésta se basaba en el incumplimiento de uno de los requisitos del contrato: el de que los conductores coruñeses no pueden andar más de 50 metros entre sus coches y las máquinas expendedoras.

Más de cien metros de separación

A lo largo del juicio se presentaron pruebas periciales en las que, como explica Gonzalo Fernández-Obanza (cuyo despacho representó a Aparkisa), «en cerca de treinta supuestos había hasta cien metros de distancia entre un puesto y otro». Según la sentencia, la red actual de aparatos (alrededor de 190) no garantiza al conductor «un recorrido acorde con el contrato». Y así es cómo Aparkisa ha conseguido lo que pretendía llevando a juicio el asunto: la revisión del proceso de selección y la necesidad de hacer una nueva valoración de las ofertas presentadas, para que se cumplan todos los requisitos.

Ahora, el Ayuntamiento puede recurrir la sentencia, que todavía no es firme, extremo que ayer confirmó un portavoz municipal, que aseguró que ambos servicios seguirán «funcionando con total normalidad». Además, según las mismas fuentes, en María Pita entienden que la resolución judicial «no dice que se anula el concurso», sino que habla de un «defecto de forma». Esta imprecisión hizo que, según el Ayuntamiento, «se hiciese una adjudicación en base a un informe técnico del área de Infraestructuras, en lugar de que fuese la propia mesa de contratación la que decidiese».

Un cambio polémico

La polémica en torno a la concesión de los servicios de grúa y ORA ha sobrevolado desde el pasado 2005. Fue a mediados de ese año cuando hubo cambio de gestoras. Doal se hizo con la explotación, al ganar un concurso que le otorga la explotación durante diez años.

En junio de 2005, Aparkisa recurrió el proceso y, después, la empresa denunció al 092 por allanamiento de morada. Mientras, y gracias a la lentitud de los trámites, los coruñeses tuvieron un día de ORA gratis, que hizo perder a DOAL siete mil euros.

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