¿Como surgió trabajar en Rec?

Mi agencia supo que Plaza y Balagueró tenían un proyecto, y me dijeron que me presentara al casting. Pagué el billete a Barcelona de mi propio bolsillo y acepté el desafío.

Rec no está rodada al uso: los actores tuvísteis que improvisar mucho, desconocíais qué pasaría en la pantalla, no sabíais el final. ¿Qué te parece?

El primer guión me pareció muy delirante. Era muy simbólico, hablaba de la maldad reencarnada en un edificio... También me equivocaba respecto a mi personaje. No era la heroína que esperaba, sino todo lo contrario: Plaza y Balagueró me pidieron crear a una chica desagradable, fácil de odiar.

Sin embargo resulta creíble, sin tópicos ni exageraciones.

Es cierto. Partiendo de un personaje quizá estandarizado, una reportera de televisión ñoña, nerviosa y no demasiado inteligente, sus reacciones son de lo más natural. Comete los errores que cometería cualquiera.

¿Cuánto duró?

Algo más de un mes. Fue corto: la historia se rodó en orden cronológico y con secuencias muy largas.

¿Cómo son los directores?

Generan muy buena atmósfera y contagian su pasión por el trabajo. Me gusta compararlos con niños, por la alegría que derrochaban, el entusiasmo. Fue una experiencia genial.

Rec tiene muchas papeletas para ser un éxito: ¿que te supondría?

Espero que más trabajo. Es lo único que quiero: trabajar mucho, como actriz. Cuando filmábamos tenía miedo de que el estilo que tendría le película, tan ágil, con tanto movimiento de cámara, la hiciera imposible de ver. Al final ha ocurrido lo contrario: una gran expectación y premios en un Festival como Sitges.

Sólo pides trabajar, ¿tan difícil te ha sido hacerlo?

Sí. Soy actriz, pero para sobrevivir he tenido que ser todo este tiempo presentadora. Ahora es cuando empiezo a comer de mi trabajo real, y estoy ansiosa por seguir haciéndolo. Rodar esta película era un sueño... ¡ir al rodaje, cada mañana, caminando por Barcelona para trabajar con dos directores así!

¿Qué hacías mientras eras presentadora?

Aprender, aprender y aprender. Sigo completando mi formación: cinco años con Juan Carlos Corazza, dos con Cristina Rota, clases de improvisación. En todo este tiempo no he parado.

Ya actriz, ¿qué toca ahora?

Seguir aprendiendo, y a poder ser trabajar en buenas películas con papeles pequeños pero muy intensos. No quiero abarcar mucho sino ir pasito a pasito, encarnando a personajes con 'chicha' por los que sienta cariño.