Ya no solo es recoger las deposiciones. Ahora también se obliga a los dueños de los perros a limpiar sus orines cuando estos miccionan en la vía pública. Es lo que sucede en Mataró, cuyo Ayuntamiento ha aprobado inicialmente por unanimidad una ordenanza municipal sobre tenencia, protección y control animal que establece que la orina se tendrá que diluir con agua para asegurar la salubridad de la vía y espacios públicos y evitar la degradación del mobiliario urbano. No cumplir esta norma está castigado con sanciones de hasta 750 euros.

Por otro lado, en ningún caso se permite el uso por parte de los particulares de productos como azufre o lejía para limpiar las micciones en las fachadas de los edificios y a las aceras. Sólo se admite el uso de productos comerciales específicos destinados a esta finalidad.

La normativa también recoge que las personas que pasean a un perro o cualquiera otro animal por la calle, tienen que adoptar las medidas necesarias para que estos no ensucien con sus deposiciones fecales o residuos alimentarios el espacio público y especialmente para evitar las micciones en parques y jardines de uso para niños, zonas de recreo, fachadas de edificios, mobiliario urbano, elementos arquitectónicos de la ciudad y monumentos.

Señala, asimismo, que en la vía pública y en los espacios públicos los perros tienen que ir atados, se pueden llevar un máximo de cuatro perros a pasear por ciudadano y hay que llevar sus tarjetas censales.

Según la normativa, las personas poseedoras o propietarias de animales domésticos están obligadas a adoptar las medidas necesarias para impedir que la tranquilidad del vecindario sea alterada por el comportamiento de sus animales, tanto si se encuentran en el interior como el exterior de la vivienda, y tanto en horario diurno como nocturno.

Se prohíbe desde las 21 h hasta las 8 h dejar en patios, terrazas, galerías y balcones u otros espacios abiertos, animales que con sus sonidos, gritos o cantos estorben el descanso del vecindario.

Las personas que pasean un perro o cualquiera otro animal por la calle, tienen que adoptar las medidas necesarias porque estos no ensucien con sus deposiciones fecales, o residuos alimentarios las vías y/o espacios públicos y especialmente para evitar las micciones en parques y jardines de uso para niños, zonas de recreo, fachadas de edificios, mobiliario urbano y elementos arquitectónicos de ornat de la ciudad y monumentos.

A la vía pública y en los espacios públicos los perros deben ir atados, se pueden llevar 4 perros a pasear por ciudadano y deben llevar sus tarjetas censales.

La nueva ordenanza regula por primera vez las colonias de gatos con una serie de artículos que estipulan, entre otros, que los gatos que conviven en el municipio agrupados en colonias forman parte de la fauna urbana y como tales, se los tiene que respetar la forma de vivir y, siempre que sea técnicamente posible, se los tiene que mantener en el espacio que ocupan.

El Ayuntamiento identificará, a través de recursos propios o de asociaciones protectoras o de entidades cívicas sin ánimo de lucro, las agrupaciones de gatos no identificados y sin propietario conocido, con el fin de proceder a su esterilización, control sanitario y devolverlos al mismo lugar.

El Ayuntamiento tendrá una base de datos de las colonias de gatos controladas del municipio y en ningún caso se puede utilizar la colonia de gatos para depositar o abandonar gatos domésticos. En la normativa también se indica otros aspectos relacionados con las colonias de gatos salvajes como el mantenimiento y el procedimiento cuando el solar sea de titularidad privada.

Las sanciones van en función del tipo de infracciones que se tipifican en leves, graves o muy graves: las multas por infracciones leves van de los 100 hasta los 750 euros; por las infracciones graves de 751 euros hasta los 1.500 euros; y las muy graves llegan hasta los 3.000 euros.