"¿Es esa mi voz?" Esta pregunta es muy habitual cuando nos escuchamos en una grabación. Nuestra voz resulta totalmente diferente a como creemos que es. Pero, ¿cuál es el motivo?
Sencillamente, es porque la escuchamos de manera diferente a como lo hacen los demás. Según explica un estudio University College de Londres recogido por Metro, la diferencia está en que cuando escuchamos una voz ajena, el sonido vibra en nuestros tímpanos y el cerebro lo interpreta. En cambio, cuando nosotros hablamos, nuestro cerebro recibe el sonido de dos fuentes: las ondas sonoras por el aire y las vibraciones de nuestras cuerdas vocales. Ese factor es que hace que nos resulte diferente.
Por eso, cuando escuchamos una grabación de nuestra voz oímos solo las ondas sonoras, no las vibraciones de las cuerdas vocales. Además, como explica Martin Birchall, profesor de Laringología en el University College, el sonido viaja también por nuestros senos nasales y por nuestro oído medio, de manera que también cambia el sonido que finalmente llega a nuestro cerebro.
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