Alrededor de 4.000 inmigrantes desembarcaron este jueves en puertos del sur de Italia, después de haber sido rescatados en el mar cuando trataban de alcanzar costas europeas, informaron fuentes de la Guardia Costera italiana, que coordinó el salvamento.

De esta cifra, 1.200 inmigrantes llegaron al puerto de Salerno a bordo de la nave Río Segura, de la Guardia Civil española, que participa en la Operación Tritón, de la agencia para la protección de la frontera exterior comunitaria, Frontex.

La nave Acquarius, de Médicos Sin Fronteras (MSF), trasladó al puerto calabrés de Corigliano a otros mil inmigrantes, de los cuales al menos un 25% eran menores no acompañados, según explicó la propia organización humanitaria a través de Twitter.

A la capital calabresa, Reggio Calabria, llegaron por la mañana más de mil inmigrantes a bordo de una nave de "Save the Children", mientras que una patrullera maltesa llevó al puerto siciliano de Messina a alrededor de 400 inmigrantes rescatados.

Por último, un mercante privado llegó a Trapani, también en Sicilia, con 400 inmigrantes a bordo que fueron desembarcados.

Durante esta jornada únicamente se llevó a cabo una operación de salvamento en el Mediterráneo central, que concluyó con el rescate de 117 inmigrantes que serán llevados a puerto próximamente, añadió la fuente de los guardacostas italianos.

El desembarco de estas personas se produce después de unos días de un elevado flujo migratorio procedente principalmente de las costas de Libia, que supuso la llegada a puertos italianos de 12.000 inmigrantes aproximadamente entre el martes y el miércoles.

Desde el comienzo del año y hasta el 28 de junio, han llegado al país 76.873 inmigrantes, la mayoría nigerianos, un 13,43% más que en el mismo periodo del año anterior, de acuerdo a las cifras aportadas por el Ministerio del Interior.

Estas cifras están colapsando el ya de por sí abarrotado sistema de acogida italiano, hasta el punto de que el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, ha señalado su "extrema preocupación" por la situación ante sus colegas europeos en Berlín, durante la cumbre preparatoria del G-20.

Gentiloni señaló que el rescate de los inmigrantes se ha internacionalizado, con el despliegue de medios europeos y de ONG en el Mediterráneo central, pero "la acogida sigue siendo de Italia", lo que sitúa al país "bajo presión".

El ministro del Interior, Marco Minniti, expresó este jueves en una conferencia en Milán su deseo de que "una nave, solo una" de cuantas rescatan inmigrantes en el Mediterráneo pusieran rumbo a otro puerto europeo en vez de a Italia, lo que supondría a su parecer "una señal extraordinaria de solidaridad".

Por ello pidió a la Unión que "responda con hechos" ante esta emergencia porque "el tiempo de las palabras ya se ha agotado".