La Audiencia condena a un año de cárcel a un conocido abogado por apropiarse de 55.194 euros de un cliente

  • La sección cuarta de la Audiencia de Valencia ha condenado a un año de cárcel al abogado Francisco Davó por un delito de apropiación indebida al considerar probado que se quedó con 55.194 euros de un cliente y amigo en un procedimiento judicial de ofrecimiento de pago a una entidad bancaria para cancelar una póliza de crédito de una empresa.

La sala le impone además seis meses de multa pero no le inhabilita para la profesión de letrado durante el tiempo que dura la condena porque entiende que la circunstancia determinante que permitió el delito fue la "especial relación de amistad y casi familiar" que tenía con su cliente y no el hecho de ser su abogado. Davó ha ejercido en conocidos procesos, como el caso del contagio masivo del virus de la hepatitis C, donde defendió al anestesista condenado, Juan Maeso.

En la sentencia, contra la que cabe recurso, se ha tenido en cuenta que el letrado indemnizó a su cliente con 65.000 euros antes del juicio -en concepto del importe de la devolución de la consignación de la suma de 55.194 euros y los gastos-, que la sala cree que no es una "consignación simbólica" sino un "auténtico pago a la víctima, con independencia del resultado final del proceso". El fiscal pedía inicialmente cuatro años de prisión para el acusado, que redujo a uno por la atenuante de reparación del daño.

La sala considera probado que Davó recibió el encargo de un amigo personal y cliente para que, en nombre de una empresa, iniciara un procedimiento judicial de pago a una entidad bancaria para la cancelación de una póliza de crédito que la compañía tenía concertada, que se llevó en un juzgado de València.

La empresa, por indicación del letrado, ingresó en la cuenta de consignaciones de juzgado, los 55.194 euros para realizar ese ofrecimiento de pago. Sin embargo, el proceso terminó con la desestimación de la pretensión de la empresa y se ordenó la devolución de esa cantidad, de la que se apropió el letrado, que no comunicó la conclusión de la causa a su cliente, al que fue dando "largas".

Fue el propio cliente quien supo lo ocurrido a través de realizar averiguaciones por su cuenta en los juzgados. Una vez "puesto en evidencia", el letrado trató de justificar la falta de devolución del dinero con una minuta "ficticia" sin numerar, que no aceptó la empresa. Para la sala, la participación de Davó en los hechos ha quedado acreditada "con claridad meridiana" por las declaraciones de su cliente, "contundente y absolutamente creíble" y confirmada por la documental y el análisis de todos los indicios.

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