Wolfgang Tillmans, el transgresor que retrató una generación

  • La Fundación Beyeler dedica una potente retrospectiva a este fotógrafo alemán que en los 90 tan bien retrató el cambio generacional de ciudades como Londres, Nueva York o Berlín.
  • La muestra reúne alrededor de 200 obras que abarcan sus carrera desde el año 1989 a la actualidad e incluye, además de fotografías, instalaciones musicales y audiovisuales.
  • Permanecerá abierta hasta el próximo 1 de octubre.

Sin haber llegado siquiera a los 50, Wolfgang Tillmans puede considerarse uno de los fotógrafos más influyentes, modernos y audaces de nuestra época. Nacido en Alemania en tiempos revolucionados (1968), en los años 90 pasea su objetivo por Berlín, Nueva York y, sobre todo, Londres (la ciudad que le cambió la vida) haciendo un retrato exhaustivo de las subculturas juveniles y, sobre todo, del cambio generacional experimentado en esa época.

"Mis primeras fotos de los años 90 mostraban una preocupación social. Era muy consciente de que la diversión no era superficial. Me divertí mucho pero tenía claro que eran desarrollos sociales y el progreso. Para la mí la vida política y la privada están muy vinculadas porque la libertad que disfruto existe porque alguien ha luchado por ella políticamente. No me refiero solo a poder vivir como un homosexual sino a poder vivir en una democracia y no en un estado principesco del siglo XVIII", declaraba no hace mucho en una entrevista al canal Arte.

El tiempo le ha dado la razón y aunque en aquel momento algunos críticos consideraran sus fotografías como frívolas, cercanas a la publicidad o con demasiada pose, hoy reconocemos en ellas el estado de ánimo, los deseos de libertad y la búsqueda de identidad de los que como él exprimieron sus juventud en esa época. Él lo resume así: "hago fotos para mezclarme entre la gente, quier actuar socialmente. No solo hago arte sino que quiero intentar cambiar algo de la sociedad".

La conquista del Turner

Londres, una vez más, le volvió a cambiar la vida con la llegada del nuevo milenio. En el año 2000 y con apenas 32 años se convertía en el primer fotógrafo no británico que conseguía el prestigioso premio Turner. El galardón, además de poner en valor su obra anterior, sirve para dar inicio a una nueva época creativa en la que avanza tanto en temáticas como técnicamente.

Su obra comienza a derivar hacia imágenes más espaciales, paisajísticas, naturalezas muertas e incluso abstractas: experimenta con papel fotográfico, accidentes de la luz y productos químicos que dan como resultado cuadros hechos sin lentes de cámara. De ahí saldrán sus series Blushes, Mental Picture y Collider. Su necesidad de experimentación es imparable: "Me encanta la fotografía y uso ese medio desde hace 30 años pero no porque quiera ser fotógrafo sino porque este medio me ha dado posibilidades infinitas de creación de la imagen".

Un montaje anárquico

Para celebrar estas tres décadas de carrera la Fundación Beyeler, situada en la ciudad suiza de Basilea, en la frontera entre Francia y Alemania, dedica a Tillmans una potente retrospectiva que además tiene el mérito de ser la primera de fotografía realizada por la institución. La muestra reúne alrededor de 200 obras que abarcan sus carrera desde el año 1989 a la actualidad e incluye, además de imágenes, instalaciones musicales y audiovisuales. Algo que la hace más interesante si cabe es que además no incluye ninguna de sus obras más populares, permitiéndonos bucear en su archivo más desconocido.

Como siempre, el montaje tiene un especial protagonismo: las obras expuestas se imprimieron en una variedad de formatos grandes y pequeños (desde el tamaño de una postal al de un mural), en distintos tipos de papel, algunas enmarcadas y otras colgadas con chinchetas y se cuelgan a diferentes alturas de una manera no jerárquica, siguiendo el diseño de sala decidido por el propio Tillmans junto a la comisaria Theodora Vischer.

El contraste busca originar un revulsivo en el espectador, provocar la contemplación y un tiempo para propia reflexión. "Es una mirada a la libertad de observación, actuación y el juego. También muestra una postura política o cómo vivir en estos tiempos tan extraños en los que ha desaparecido la curiosidad visual, la insistencia en la libertad del arte". El que quiera comprobarlo tiene tiempo hasta el próximo 1 de octubre.

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