"Los que somos defensores de hecho de la sanidad pública universal somos partidarios de que la gestión pública lo sea con carácter integral", ha comentado para añadir que eso supone una "atención adecuada independientemente de los ingresos" e incluye no sólo la atención directa en centros de salud y hospitales sino también todos los servicios, como la limpieza, el mantenimiento o la comida en el citado caso.

Por ello, ha mantenido este encuentro "con una marea de trabajadores organizados que ven cómo se está mermando el servicio a través de lo que llaman externalizaciones, que no son más que privatizaciones" con el objetivo de "escuchar sus demandas" y plantear propuestas ante ese "deterioro" en la calidad de los servicios complementarios.

Y es que, a su juicio, "hay propuesta y capacidad del Gobierno de la Junta, si tuviera voluntad política, para mantener la calidad de todos los servicios, los básicos y los complementarios". Tiene, además, que "atender una demanda que es común a otros terrtorios, pero que en Jaén está adquiriendo unas dimensiones muy específicas": "la saturación de servicios por disminución de recursos" y la necesidad de adecuarlos a la demanda" social.

Maíllo ha señalado que el sistema sanitario andaluz "se caracteriza por una gran" y "formidable" atención en la medicina especializada o de enfermedades graves, pero "tiene graves carencias en la política de atención primaria, en cuanto a la política de prevención y la contención a la hora de la derivación a especialistas".

Junto a ello, ha defendido que para sostenerlo "es fundamental abordar el gasto farmacéutico", punto en el que ha hablado de los índices de plusvalía y de aprovechamiento de esta industria con respecto a los costes de determinadas enfermedades, "con beneficios de hasta del 10.000 por cien".

Como ejemplo, se ha referido al coste que supone para el tratamiento que, "ahora afortunadamente cura" la hepatitis C, que "está entre los 80.000 y 85.000 euros y, sin embargo, el coste real de ese medicamento no supera lo 1.000 euros", ha manifestado.

"Y eso no hay sistema que lo sostenga", ha dicho no sin destacar "la necesidad de plantear con fortaleza una negociación con la industria farmacéutica que no suponga una plusvalía absolutamente desconsiderada con respecto a los costes farmacéuticos y que amenazan la sostenibilidad del sistema sanitario".