La Federación de Industria de Comisiones Obreras (CCOO) en Castilla y León ha propuesto la creación de un grupo de trabajo dentro de la Fundación Anclaje para vigilar el cumplimiento del acuerdo para el mantenimiento de la fábrica de Nissan en Ávila y fiscalizar cada ayuda pública que ésta reciba.

Así lo ha defendido este jueves el secretario autonómico de la Federación, Gonzalo Díez, quien ha desglosado que este grupo estaría formado por representantes del Comité de Empresa, de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León y de la multinacional automovilística.

En declaraciones recogidas por Europa Press, Díez ha defendido la importancia de este grupo para garantizar "que cada céntimo en ayudas se invierta en la planta de Ávila" y se supervise el cumplimiento del acuerdo por el que pasará de ser una fábrica de camiones a otra de componentes y recambios para el grupo Renault.

Asimismo, el secretario regional de Industria de CCOO ha abogado por usar este foro para buscar una solución a los empleos indirectos que dependen de esta factoría y por consolidar a Ávila dentro del polo que Valladolid y Palencia forman dentro de la compañía del rombo.

En este sentido, Gonzalo Díez ha abogado no sólo por consolidar los 470 empleos con que cuenta actualmente la planta, sino reforzar la actividad en ella hasta poder superar en un futuro los 500.

Al control de las ayudas que reciba próximamente la fábrica se sumaría el acordado en Bruselas para las concedidas en el pasado por la Unión Europea ante los "incumplimientos" de los fines para los que fueron otorgadas.

El anuncio se ha producido después de una reunión mantenida este jueves en Valladolid entre la Federación de Industria y la sección sindical del sindicato en la planta abulense para analizar el preacuerdo alcanzado la pasada semana y plantear estrategias de cara al horizonte que se abre.

El presidente del Comité de Empresa y representante de CCOO, Rubén Zazo, ha defendido el acuerdo logrado respecto a la "situación de partida", con un "ultimátum" por parte de la empresa y unas pretensiones de reducción salarial y traslados forzosos que se han logrado subsanar o mitigar a través de una negociación "en condiciones muy difíciles".

En su opinión, la prueba del éxito logrado fue la "ovación" con la que los trabajadores de Nissan en Ávila recibieron el acuerdo en la asamblea celebrada al día siguiente y en la que fue ratificado.