Luca D'Andrea lanza su primer 'thriller' protagonizado por la naturaleza: 'La sustancia del mal'

  • El autor italiano se lanza a la novela negra con una trama en un pequeño pueblo de los Alpes con antecedentes de crímenes y la naturaleza como protagonista.
  • 'La sustancia del mal' describe la obsesión de un hombre por desvelar el secreto que oculta la comunidad de habitantes.
  • "Hablo de un momento en el que el código moral de una persona entra en crisis, y eso es común a los hombres en cualquier sitio".
'La sustancia del mal', la nueva novela de Luca D´Andrea.
'La sustancia del mal', la nueva novela de Luca D´Andrea.
Alfaguara
'La sustancia del mal', la nueva novela de Luca D´Andrea.

Hay muchos libros que hablan de la naturaleza "en plan Heidi", como algo bello y amigable, pero La sustancia del mal, de Luca D'Andrea, recibido en 31 países como un thriller digno de Stephen King o Jo Nesbo, recuerda que es "súpercruel" y puede acabar con "el más preparado" en segundos.

No hay más que ver, dice el autor italiano en una entrevista, lo que acaba de suceder en Pedrogao Grande, en Portugal: "No podemos encadenar la naturaleza porque no obedece a nadie. Es como lanzar los dados. Una tormenta, un rayo, un incendio y, de repente, han muerto 60 personas".

Por eso ha querido que fuera la protagonista de su novela: "Es súpercruel y no acepta ni exceso de confianza ni errores. Tengo, como montañero que soy, una visión fatalista pero lo que he visto y vivido me ha enseñado que es una fuerza descomunal que está por todas partes", detalla el italiano (1979, Bolzano).

La sustancia del mal (Alfaguara) es la historia, contada en primera persona, de un norteamericano, dedicado a hacer documentales, que se ha instalado con su mujer y su hija en un pequeño pueblo alpino, de donde es ella, y donde varios años antes ocurrió un suceso nunca resuelto.

La obsesión de un hombre y una naturaleza cruel

"Es un padre que se encuentra, de repente, y tras un grave accidente, con que tiene que buscarse a sí mismo porque ha perdido el norte. Debe transformarse porque está al borde del abismo y ahí se cruza su interés por los asesinatos sucedidos años antes, pero el verdadero protagonista es la naturaleza porque ha destruido la escena del crimen", detalla el autor.

Todo ello ocurre en un pequeño pueblo, "cerrado a los extraños, como todos", que tiene cosas que ocultar y el resto, se ríe, "es rock and roll".

Sostiene que su trama podría haber ocurrido en cualquier otro sitio, de los Andes al Himalaya pasando por una isla o una comunidad de vecinos: "Se trata de una pequeña comunidad que mantiene un secreto y de esos pequeños infiernos hay en todas partes".

Antes de escribirla hizo un documental (Mountain Heroes) sobre el Soccorso Alpino -el servicio de ayuda en la montaña-, como su protagonista, y fue consciente de que "aunque el hombre pretende que la domina, es una fuerza enorme que está por todas partes y que se manifiesta cuándo y cómo quiere".

Está escrita en primera persona porque quería que toda la trama basculara sobre la obsesión de un hombre, una buena persona, que se ve sometido a una gran presión y que se ve "devorado" por la necesidad de saber lo que ocurrió en la montaña años atrás, una angustia que quería contagiar al lector.

Dedicó cuatro meses solo a preparar la estructura del libro, al que imprime un ritmo inusual, con párrafos de una sola palabra, que tienen más de visual que de escrito.

Y aunque es "muy distinta" a una novela negra a la americana, "con bombas explotando a los cinco minutos", revela que la productora de Gomorra, Cattleya, ya ha comprado los derechos para hacer una serie.

Una trama "loca y trepidante"

D'Andrea ha escrito su primer thriller -antes había hecho la trilogía juvenil Wunderkind- con la regla "pan y salami", es decir, siempre buscando la palabra justa que no es otra que la más simple, "y parece que eso es bastante visual", bromea.

Eligió a un protagonista norteamericano porque necesitaba "los ojos de un extraño", alguien que no fuera, como él de Bolzano o de la zona, y pudiera acercarse a las cosas sin prejuicios.

"Ha quedado loca y trepidante, tanto que el departamento de Turismo del municipio me ha dicho 'oye, que no estamos tan locos. Cada semana le toca a uno ser el tonto del pueblo y esta semana me ha tocado a mí", se ríe de nuevo.

Sobre las comparaciones con King o con Nesbo las acoge con humildad y con orgullo porque él creció leyendo al primero y luego conoció al segundo: "hacen una literatura útil".

"Yo no escribo literatura social. Hablo de un momento en el que el código moral de una persona entra en crisis, y eso es común a los hombres en cualquier sitio", añade.

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