En concreto, el foco ha sido detectado por el Laboratorio de Agricultura y Sanidad Vegetal de Catalunya y la superficie afectada alcanza un total de 14,39 hectáreas, ha informado en un comunicado este viernes el departamento dirigido por Meritxell Serret.

El fuego bacteriano es una plaga que afecta a diversos árboles frutales y que se propaga con gran facilidad porque no se pueden utilizar tratamientos químicos curativos, por lo que además de ordenar la incineración de los árboles también se ha establecido una zona de seguridad de un kilómetro alrededor del foco.

Además, se están tomando muestras de todas las plantaciones de pera y manzana, así como de los viveros para determinar si hay más afectaciones.

El Govern también ha procedido a inmovilizar las colmenas de abejas en un radio de tres kilómetros, ya que las heridas provocadas por las abejas al polinizar las flores es una vía rápida de transmisión de esta enfermedad.

El fuego bacteriano, provocado por la bacteria Erwinia amylovora, no afecta a las personas, y Catalunya tiene el estatus de zona protegida, ya que está libre de esta plaga exceptuando cinco comarcas de Lleida (Segrià, Noguera, Garrigues, Urgell y Pla d'Urgell).

Así, los primeros focos de esta plaga se detectaron en el Segrià (Lleida) en 1998 y 1999, en 2003 y 2006 se detectaron también focos en la Cerdanya, en 2007 en el Gironès y desde 2013 se han producido diversos focos en Lleida.

En 2013 se produjo un foco en Torroella de Montgrí (Girona), y desde ese año no se había detectado ningún otro en la demarcación, por lo que pasados dos años el foco se dio por erradicado totalmente.