Soro se ha reunido este jueves en su despacho en el edificio Pignatelli en Zaragoza, acompañado por el director general de Ordenación del Territorio, Joaquín Palacín, con la presidenta de la Asociación de Turismo Activo de Aragón, Agnes Dewulf, y una representación de los empresarios de la zona de Biscarrués preocupados por el proyecto de construcción de la presa.

En declaraciones a los medios de comunicación, el consejero ha recordado que en torno al río Gállego y su aguas bravas ha surgido en los últimos años "un destino turístico único, irrepetible, de altísima calidad y nulo impacto ambiental" que beneficia no solo al Reino de los Mallos y la Galliguera, "sino que se irradia a varias comarcas, a la Plana de Huesca, al Alto Gállego, la Jacetania y las Cinco Villas".

El turismo activo ha llevado a la puesta en marcha de "muchas empresas" y ha generado "muchos puestos de trabajo en el medio rural", en los que, además, existe "una presencia femenina muy importante". "Los datos demuestran que en esta zona, gracias al turismo activo, crece el número de empresas, la población no se reduce, crece de forma sustancial la población joven y hay muchísimo futuro".

Sin embargo, Soro ha alertado de que la construcción de este embalse obligará a las empresas de turismo activo a cerrar, "se destruirá muchísimo empleo y acabará el turismo", por lo que "se va a inundar, se va a ocultar debajo del agua, un potencial inmenso de desarrollo económico, social y de arraigo de la población".

En este punto, ha sostenido que con el proyecto de Biscarrués "vamos justo en la dirección contraria", dado que en el conjunto de Aragón se intenta combatir la despoblación y "nos exprimimos el cerebro" para buscar alternativas que permitan asentar población, pero en el río Gállego ya funciona una fórmula que "se desarrolla de una forma prácticamente natural y sin inversión pública, dado que es iniciativa privada".

ARRASAR SU FUTURO

"Aquí que tenemos esa gran oportunidad de futuro, el embalse va a suponer arrasarlo y acabar con ese desarrollo económico y social", ha recalcado, para manifestar el apoyo del área de Turismo del Ejecutivo aragonés a estas empresas, dado que "comprendemos el drama y lo irracional" que supone que en un lugar con posibilidades de desarrollo "vayamos a acabar con ellas por un embalse que tiene alternativas".

Ha dicho tajante que "la única forma de evitar esta destrucción" es renunciar al embalse y plantear otras alternativas que garanticen el regadío, recalcando que la presa inundará "justo una zona muy importante en la que se desarrolla el turismo de aventura", algo que "no te puedes inventar en otro sitio" porque no es un canal artificial de aguas bravas, sino un enclave "único, irrepetible" y que en otros sitios "se estaría preservando como lo que es, como un tesoro y una oportunidad única de desarrollo económico que arrastra a varias comarcas".

José Luis Soro ha emplazado a "ser conscientes del impacto terrible que va a tener en el empleo, en el desarrollo económico, en la población, en una comarca que afortunadamente ha demostrado en la práctica que hay mucho futuro, muchas posibilidades de crecimiento".

"No se trata solo de cuestiones técnicas sino de tener muy claro que esto está afectando a personas concretas, a emprendedores que han arriesgado su patrimonio, que se han atrevido a volver al medio rural para construir un futuro", ha sentenciado.

Asimismo, ha lamentado que "algunos se obcequen en defender una política hidráulica del siglo XIX como si no hubiera habido una nueva cultura del agua", al tiempo que ha manifestado que muchas entidades y personas "no se van a rendir y harán lo posible por mantener su futuro" en la Galliguera.

IMPACTO "DEVASTADOR"

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Turismo Activo de Aragón, Agnes Dewulf, ha detallado que las empresas de aguas bravas generan 200 puestos de trabajo y unos 500 empleos en total en toda la zona, para indicar que la afección por el pantano no se limita al Reino de los Mallos sino también a localidades como Jaca, donde pernoctan centros escolares en primavera que van a disfrutar del turismo activo en el Gállego, por lo que "el impacto devastador será mucho más amplio".

Dewulf ha precisado que el pantano afectará al 60 por ciento del tramo navegable, ya que inundará "toda la parte baja y un 25 o 30 por ciento de la parte alta. El problema es que se queda un trozo de río muy corto que no permite competir con otros destinos como el Ésera o el Noguera Pallaresa en Cataluña y es un tramo técnicamente muy difícil" que impedirá la afluencia de familias y centros escolares.

Ha recordado que contra el embalse existe "un contencioso en curso", ya que denunciaron el proyecto en 2012 "porque no respetaba la directiva marco del agua, entre otras cosas, y estamos a la espera de sentencia. Esperemos que vaya a nuestro favor" y en caso contrario "emprenderemos las acciones oportunas.

Ha incidido en que el proyecto "presenta lagunas" y ha experimentado cambios, dado que en inicio "tenía que ser de 35 hectómetros cúbicos y hablamos de 52" ahora, "no es el mismo tipo de presa, no son las mismas compuertas y afecta más a las actividades de aguas bravas".

ERRORES

Además, contiene "errores" y para justificar su construcción se utilizan las cifras de caudales desde 1940, pero "si cogemos estos 18 años atrás de más sequía" se comprueba que "el embalse serviría para laminar avenidas como mucho cinco días cada dos años" y, para ello, "se inundará una zona que ha creado riqueza, turismo, que ha fijado población en el medio rural".

"El desarrollo de una zona no se tiene que hacer a costa de la muerte de otra, hay otras soluciones y alternativas", ha defendido Dewulf, para desear que "la razón prevalezca sobre los intereses personales de algunos". Ha criticado, además, que en el plazo de información pública del embalse dejen "un escaso mes para estudiar un proyecto de 8.000 páginas".

Por último, Agnes Dewulf ha informado de la movilización social contra Biscarrués que tendrá lugar esta tarde en Huesca y el 25 de junio en Zaragoza, avanzando que este viernes también mantendrán reuniones con los grupos parlamentarios en las Cortes "para intentar sensibilizar de que deben existir alternativas que permitan que esta zona no se inunde bajo las aguas".