¿Es España uno de los países más baratos de Europa? Pues depende con quién lo compares. La convergencia económica en las últimas décadas con el resto de Europa —especialmente tras la entrada en la Unión Europea y la adopción del euro— le ha pegado un mordisco a la brecha de precios. Pero según los datos que publica hoy Eurostat, se puede decir que sí: consumir en España es más barato que en la media de los socios comunitarios.

La agencia europea ha publicado este lunes la estadística comparativa de precios de consumo de los hogares de 2016 y calcula que España se situó el año pasado en un índice de 91,5 sobre la media de 100 que marca el conjunto de los 28 países. Por encima de esa media, Eurostat considera que un estado es "relativamente caro". Situarse por debajo, es ser un país "relativamente barato".

España, por lo tanto, entra en los países considerados "baratos" situándose más de ocho puntos por debajo de la media. Además, con ese 91,5 se halla muy por detrás de países del centro y norte de Europa como Dinamarca (138,7), Suecia (124,1) o Reino Unido (120,6)... pero también de otros vecinos del arco mediterráneo como Francia (108,1) o Italia (102,1). Los países del Este, son los más baratos para consumir bienes y servicios.

La estadística muestra la evolución desde 2005. En esos doce años España siempre ha mantenido su nivel de precios por debajo de la media, aunque en los primeros ejercicios —especialmente en los primeros, coincidentes con la expansión económica a lomos del ladrillo— se produjo un acercamiento acelerado al promedio. En 2011, de hecho, llegó a situarse en 98,5, un índice muy cercano al promedio de la Unión Europea.

Pero desde 2011 la recesión se agravó. Al paro exacerbado se le unió la crisis de deuda. La prima de riesgo se desbocó. Los salarios de moderaron. La inflación empezó a deshincharse y el IPC ha llegado incluso a ser negativo en los últimos dos ejercicios. La recuperación de precios  en los últimos meses por el encarecimiento del petróleo ha acercado ligeramente el nivel español de precios al comunitario, pero aún está lejos de la convergencia.

El mercado de consumo español es el más barato en la eurozona para comprar ropa y calzado (su índice de precios es el 92% del promedio) y el quinto más barato de toda la Unión Europea, solo por delante de países que usan sus monedas nacionales como Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía y Reino Unido.

España es además el sexto país más accesible de la eurozona para comprar bebidas alcohólicas y tabaco (86,1); solo en Letonia, Lituania, Croacia, Eslovenia y Eslovaquia son más baratos. Desde Facua se asegura que "son productos donde los impuestos juegan un papel importante". También somos también el quinto más barato entre los países del euro en la adquisición de vehículos (87,8), ya sean automóviles, motos o bicicletas.

Otros cuatro productos y servicios de consumo que pueden ser calificados como "relativamente baratos" en España están los servicios de transporte (apenas alcanzan el 79,6), el coste de la vivienda y suministros de hogar (se quedan en 91,4); y finalmente alimentación y cultura, que en su caso están más cercanos a la media con un 95,8 y 95,4, respectivamente.

Pero hay dos productos de la cesta española que son más caros que el estándar comunitario. El principal, las comunicaciones —telefonía, correos e Internet— que alcanzan un índice de 108,8. Solo griegos, irlandeses, británicos, belgas e italianos pagan más que los españoles por estos servicios.

"No hay ninguna particularidad en el mercado español que justifique que sus precios sean más elevados", explica a 20minutos Ángeles Castellano, portavoz de Facua, para quien las comunicaciones hoy en día "son un bien básico", pese a venderse en un mercado" donde el cliente está en una situación de debilidad porque no puede estar cambiando de operadora todos los meses".

La organización de usuarios no entiende este nivel de precios porque las operadoras en España son casi las mismas que en el resto de Europa. "Funcionan como un oligopolio, pocas empresas, mucho poder y poco control por parte de las autoridades", asegura Castellano. En la OCU coinciden con este análisis. "La situación se ha agravado por el  proceso de concentración que se ha vivido en un sector con uan competencia menguante", aseguran desde su organización.

Facua y OCU señalan que esta concentración en el sector se ha producido de forma paralela a una subida de precios. "En España los precios han sido tradicionalmente altos", recuerda la OCU. Incluso Bruselas tiró de las orejas a los operadores españoles hace unos años. "Los españoles no tienen por qué pagar más de la cuenta por las llamadas móviles, sobre todo en un momento de dificultades para la economía nacional", dijo en 2012 la entonces vicepresidenta de la CE, Neelie Kroes.

Tras algunos años de bajadas, las estadísticas de la CNMV pusieron de manifiesto un nuevo repunte. Las grandes operadoras en España, de hecho, han subido sus tarifas este año hasta cinco euros. Y ls expertos consultados por este medio esperan incluso que suban más para compensar la pérdida de ingresos por el fin del roaming.

El segundo producto más caro en España que en la media comunitaria son los muebles. El índice de precios en España supera ligeramente (102,9) el promedio; comprar mobiliario en nuestro país es incluso más caro que para los alemanes, franceses o portugueses.

Lo que la UE no tiene en cuenta en su informe es el nivel de vida y salarial en cada país. "Cuando se mide poder de compra la cosa es distinta... y este estudio no lo contempla", advierte la OCU. "El nivel de precios de un país lo marca por una parte los salarios y por otra las condiciones de competencia; en mercados más competitivos los precios son más bajos, incluso cuando los salarios son altos".