El testigo ha sido interrogado este jueves por los abogados de la defensa en una sala de vistas de los Juzgados de Palma.

En su testimonio, este empleado apuntaba a que en la discoteca se organizaban fiestas privadas con cocaína y prostitutas para policías locales implicados en la trama corrupta, todo ello pagado por la empresa.

El testigo afirmó que los responsables de la sala comercializaban con la droga, que llegaba en maletas través de un barco en el Paseo Marítimo.

El ex trabajador implicó en el tráfico de drogas directamente al director del local y al jefe de sala, quien fue detenido -más de una vez- por amenazas a los testigos de la causa.

Precisamente, el testigo interrogada este jueves por los abogados denunció haber recibido amenazas e intimidación por parte de dos ciudadanos de nacionalidad rumana que también fueron detenidos.

TRÁFICO DE DROGAS

Cabe recordar que a lo largo de la instrucción otros testigos han denunciado también el presunto tráfico de drogas por parte del empresario Bartolomé Cursach y su entorno.

Un testigo que había trabajado en la discoteca BCM afirmó que Cursach "siempre ha movido droga" y que el empresario "infectaba" a sus empleados facilitándoles droga con la excusa de que les ayudaría a aguantar mejor las jornadas de trabajo.

Esta persona aseguró que en BCM todos los empleados del empresario del ocio nocturno consumían la droga que les facilitaba el Grupo Cursach.

Por otro lado, un agente de la Policía Local apuntaba ante el juez que otros policías se dedicaban a trasladar paquetes de cocaína a las discotecas de Cursach desde un chalet en Santanyí hasta el Arenal.