La sentencia, primera de la referida sala, con sede en Burgos, desde su constitución como tribunal de segunda instancia penal introducida por la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 2015-hasta ahora los recursos de apelación se elevaban al Supremo-, desestima así el recurso interpuesto por la defensa del condenado, que había alegado la vulneración del derecho a la presunción de inocencia de su patrocinado, según informaron a Europa Press fuentes del TSJCyL.
El fallo de la Sección Cuarta de lo Penal, ahora confirmado, consideró al citado varón autor de un delito de tráfico de drogas, con la agravante de reincidencia, y junto a la pena privativa de dos años y cuatro meses acordó imponerle el pago de una multa de 500 euros.
Durante la vista oral del juicio, la acusadora pública se mostró convencida de la culpabilidad del procesado debido a forma en que estaba distribuida la droga, 5 gramos en un paquete y el resto en dos 'pollos' ya termosellados y preparados para su distribución, así como por la conversación que José Luis R.F. mantenía con su cliente en el momento de su detención.
"El acusado y la otra persona discutían. El cliente decía que el precio era muy caro y el primero alegaba que la droga era muy buena", recordó en el juicio uno de los agentes de la Policía Nacional que, de paisano, interceptó a José Luis R.F. sobre las 22.30 horas del 30 de junio del pasado año. "¡Decídete de una vez pues estamos aquí haciendo el tonto!", es la frase que el agente también puso en boca del ya condenado apremiando a su cliente.
Esta incriminatoria conversación, junto al hecho de que el procesado no acreditara una actividad económica ni siquiera la condición de toxicómano, algo que él esgrimió para justificar que la droga era para su propio consumo, fue la principal prueba de cargo planteada por la fiscal para cimentar su acusación.
ARROJA LA DROGA BAJO UN COCHE
El procesado, sin embargo, insistió en que cuando fue detenido se encontraba en la calle Joaquín María Jalón "hablando de mujeres" con un conocido al que acababa de invitar a un café, momento en el que, como así recordó, dos policías de paisano se plantaron ante él. De forma instintiva, el sospechoso arrojó la droga debajo de un coche, donde fue recogida por los agentes.
José Luis R.F. explicó además que es padre de cinco hijos, tres de los cuales residen en Santo Domingo y dos en Valladolid, así como que en la actualidad vive en casa de su madre y que el pasado año realizaba trabajos de pintor y otros 'chapuces', sin estar dado de alta en la Seguridad Social, por los que cobraba unos 450 euros al mes.
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