El problema del ruido en València se agrava con la "turistificación" y la "proliferación de terrazas"

Personas haciendo botellón en el exterior de un local de copas en la Zona Cedro de València.
Personas haciendo botellón en el exterior de un local de copas en la Zona Cedro de València.
Asociación de Vecinos Ciutat Jardí (Zona Cedro)
Personas haciendo botellón en el exterior de un local de copas en la Zona Cedro de València.

Masificación de terrazas, botellón, apartamentos turísticos, el tráfico y ahora las despedidas de soltero. Los problemas que genera el ruido derivado del ocio nocturno tienen en jaque a los vecinos de los barrios en los que se concentran las zonas con mayor número de locales. Lejos de ir a menos, las molestias están provocando “graves problemas de salud” a los residentes como consecuencia de la falta de descanso. Por ello, la Federación de Asociaciones de Vecinos de València ha anunciado que, pese a no desearlo, se verá obligada a pedir en los tribunales la declaración de zona acústicamente saturada para Ruzafa, El Cedro y Benimaclet, al igual que sucedió en El Carmen, Xúquer, Woody y Juan Llorens, zonas que ya fueron declaradas ZAS por decisión judicial.

Así lo han anunciado este jueves en una rueda de prensa la presidenta de la Federación, María José Broseta, y los representantes de las entidades de estos barrios. El principal reproche ha sido para el Ayuntamiento de València, al que achacan “total dejadez” por no haber puesto fin a la concesión de licencias que ha saturado de locales y terrazas estas zonas. A ello unen el fenómeno de la “turistificación”, que en su opinión ha agravado el problema.

“Esto es como una mancha de aceite que se va extendiendo por todas las zonas de la ciudad”, ha dicho Broseta, que considera que, si bien “no todos los hosteleros incumplen”, es el Ayuntamiento el que debe controlar. “La solución no está en pacificar el tráfico en unas zonas y ‘despacificar’ la que está al lado. Se debe actuar de manera global, no poner parches”.

“Conflicto entre turismo y el derecho a la salud”

El presidente de la asociación de vecinos Amics del Carme, Toni Casola, ha afirmado que una representación de la Federación se reunió en diciembre de 2016 con el alcalde de València, Joan Ribó, para exponerle “el conflicto entre la explotación turística de la ciudad y el derecho a la salud”. Seis meses después, “no tenemos una sola respuesta y el problema se agrava”.

Casola ha mostrado fotografías de la saturación de terrazas en plazas y calles del barrio y ha asegurado que el problema es que no pueden averiguar si son legales o no porque el Consistorio no les facilita la información mientras es “muy generoso” con la concesión de licencias en la vía pública y “no impulsa la gestión de los procedimientos sancionadores. La Policía Local hace atestados que después no se concretan”, ha añadido. “No nos resignamos a que la burbuja del turismo siga campando a sus anchas y degradando nuestro entorno, en el que vivimos. El único recurso que nos queda es el de los tribunales, como hicimos con el anterior Gobierno del PP”, ha finalizado.

En similares términos se ha manifestado la representante de Gent de Russafa, Rosana Parra, quien ha destacado la importancia de la educación y la concienciación de quienes disfrutan del ocio. “Antes de que ocurriera lo que está sucediendo avisamos al anterior Gobierno municipal para que no pasara como en El Carmen. Prevenir está muy bien, pero vemos que no sirve”, ha asegurado. Parra ha citado los ejes Filipinas-Mercado y Gran Vía-Centelles como las zonas más problemáticas de Russafa, donde además ahora proliferan las despedidas de soltero y las celebraciones del fin de los exámenes, que aumentan el ruido nocturno en el barrio.

El presidente de la asociación Russafa-Gran Via, Giovanni Donini, se ha mostrado “pesimista” porque el problema del ruido “es consecuencia del modelo de turismo y ocio” actual. Ha destacado las calles peatonales Cura Femenía, Vivons, y el cruce Cuba-Puerto Rico, donde se acumulan “hasta 400 sillas” por las noches. “Lo preocupante no es que no se haga nada, sino que no se ve voluntad de hacerlo en el futuro”, lamenta.

“Descontrol absoluto”

Una queja común de las asociaciones pasa por la ocupación por parte de los locales de restauración y ocio de los espacios liberados por las peatonalizaciones. “La movilidad no es solo para las bicicletas, autobuses, coches y taxis, también es para las personas”, dice Donini. “En cuanto se peatonaliza una calle aparecen mesas, sillas, mobiliario urbano, bicis, carteles”, denuncia Casola. En este sentido, “da la sensación de que la ampliación del espacio público es para que el Ayuntamiento obtenga una rentabilidad económica”, añade Rosana Parra.

Por su parte, el representante vecinal de Arrancapins-La Petxina (la conocida como zona de Juan Llorens), Antonio Puchades, ha denunciado falta de información por parte del Ayuntamiento y afirma que solo el 20% de los locales de ocio tienen marcado el espacio para las terrazas y muestran la autorización municipal. “Hay un descontrol absoluto”, denuncia. El portavoz del barrio de San José-Vega Baixa (Woody), Javier López, ha remarcado la proliferación de “aceras intransitables” por las terrazas, mientras el presidente de la asociación de vecinos de Benimaclet, Antonio Pérez, ha pedido “combatir a los lobbys nocturnos con todas las fuerzas posibles”. En su opinión, la “turistificación está llegando en algunos barrios a niveles que no se deben tolerar” por las molestias que generan a los vecinos. “El descanso es un derecho y el ocio es una opción”, ha afirmado. “No es solo una cuestión de terrazas, sino del modelo de ciudad al que nos abocan el anterior Gobierno local y el actual”.

La líder vecinal, María José Broseta, ha pedido aplicar “la estrategia global contra el ruido que llevaba Compromís en su programa electoral” y ha afirmado que han pedido por registro de entrada al Ayuntamiento datos del número de licencias de actividad concedidas, la superficie de terrazas y el número de atestados y denuncias tramitadas por incumplimientos de la normativa. En esta línea, Toni Casola ha apuntado que el servicio de Actividades y el de Ocupación de la Vía Pública “no deberían estar en el mismo departamento” y ha responsabilizado al concejal Carlos Galiana de estos problemas.

Las entidades vecinales piden la elaboración de un mapa de terrazas de la ciudad (solo en Benimaclet hay 129) que permita hacer un diagnóstico y poner soluciones, porque no creen que el problema esté en vías de solucionarese. “Sabemos que vivimos peor porque hay más ruido y más molestias, y tampoco hay diálogo”. "No queremos llegar a la declaración de más zonas ZAS, pero si tenemos que hacerlo lo haremos”, ha remarcado.

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