El presidente del TSJMU no detecta "ningún riesgo de pérdida de imparcialidad" ni de "politización" de la Justicia

  • MURCIA, 1 (EUROPA PRESS)
Miguel Pasqual Del Riquelme, Durante La Rueda De Prensa
Miguel Pasqual Del Riquelme, Durante La Rueda De Prensa
EUROPA PRESS
Miguel Pasqual Del Riquelme, Durante La Rueda De Prensa

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJMU), Miguel Pasqual del Riquelme, ha afirmado que él no ha detectado "ningún riesgo de pérdida de imparcialidad, de neutralidad y, mucho menos, de politización" de la Justicia. De hecho, ha subrayado que en sus 26 años de carrera judicial no ha sufrido ninguna "presión" en los asuntos de los que se ha encargado.

En la rueda de prensa de presentación de la Memoria Judicial de 2016, Del Riquelme ha reconocido que le llama mucho la atención la percepción que los miembros de la Administración de Justicia tienen sobre el sentir de la población acerca de la independencia del poder judicial pero, en su experiencia personal e institucional, ha subrayado que la independencia judicial "está en un grado absolutamente óptimo".

A nivel personal, ha recordado que él ha desempeñado distintas responsabilidades pero, hasta la fecha, asegura que él no ha tenido "la más mínima presión, indicación o comentario" acerca de los asuntos que ha llevado entre manos.

En base a los datos existentes sobre el funcionamiento de los juzgados, ha remarcado que los tribunales "siguen trabajando al ritmo que les corresponde en las causas que van conociendo por delitos que puedan tener implicaciones políticas". Así, cree que "en ningún momento" se pueden identificar ni "tendencias ni contenciones", sino "el puro trabajo profesional y técnico de profesionales que nos dedicamos a esto y cuya única aspiración es hacerlo bien".

"Yo no concibo esas quejas de politización de la Justicia y yo no he sido nunca consciente ni conocedor de ellas, en mi experiencia personal", ha ratificado.

CASOS DE CORRUPCIÓN EN 2016

La Memoria Judicial de 2016 refleja que los titulares de los juzgados de Instancia e Instrucción, de Instrucción, y la Sala de lo Civil y Penal de la Región concluyeron el año pasado dos nuevos procedimientos por corrupción, en los que se dictó auto de juicio oral o de procesamiento contra cuatro personas, que fueron llevadas a juicio.

Este tipo de causas por corrupción se encuentran entre los más de 30 procesos que hay abiertos en la Región calificados como causas complejas de atención preferente, que también incluyen procesos relacionados con la administración pública o asuntos relacionados con organizaciones criminales.

Ha señalado que, en la actualidad, la Región cuenta con cuatro jueces que, de forma extraordinaria, han estado haciendo tareas de refuerzo, a lo que hay que sumar los ocho jueces de adscripción territorial que se aplican de forma flexible donde hacen falta, lo que ha permitido a los jueces titulares dedicarse a la tramitación prácticamente en exclusiva de estos asuntos, dando un "acelerón importante" a los mismos.

Al ser preguntado por la responsabilidad que supone para un juez tener en su mano el futuro político de algún alto cargo, Del Riquelme ha reconocido que los jueces "vivimos en la realidad y somos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor", de forma que cuando dictan condenas de prisión largas, "somos conscientes de lo que está pasando con esa persona", a pesar de que "casi nunca" se trata de políticos.

Ha destacado que los jueces conocen en su día a día "verdaderas tragedias" tanto del lado de las víctimas como de los "victimarios", pero aprenden a lo largo de los años a "trazar un cordón sanitario" acerca de lo que constituye su trabajo técnico, es decir, la resolución de los asuntos "conforme a Derecho".

Del Riquelme señala que los asuntos de corrupción o con trascendencia política "no son nada especial" para los jueces, aunque son conscientes de lo que ocurre a su alrededor. No obstante, ha señalado que sus resoluciones "van, como todas, argumentadas y sustentadas con criterios estrictamente técnicos".

"Nosotros somos profesionales y tenemos un cierto orgullo de serlo y de mantener nuestra posición profesional", ha señalado Del Riquelme, quien ha insistido en que los jueces "estamos formados y preparados para, a partir de un enfado, una incomodidad o un disgusto, afrontar los asuntos desde la contención, la neutralidad e impasibilidad".

"Sabemos perfectamente que si nos dejamos llevar por las emociones, por el ruido mediático y por lo que la opinión pública puede esperar o no de nosotros, no estaríamos haciendo bien nuestro trabajo", según Del Riquelme, quien reconoce que, en algunas ocasiones, "nos cuesta más establecer esa impasibilidad".

Ha comparado la situación con la de un médico, que "puede sentir pena por el paciente o empatía por los familiares" pero, al final, "tiene que respirar hondo y tiene que hacer su trabajo; y eso, créame, es lo que hacemos, porque es lo que tenemos que hacer y lo que la ciudadanía espera de nosotros".

Con todo, reconoce que el poder judicial tiene que hacer un esfuerzo por tratar de explicar sus decisiones a la sociedad. Las consecuencias de esas decisiones "están fuera de nuestro control y de nuestro espacio de atención", ha aseverado.

ABRIR UN "DEBATE REFLEXIVO" SOBRE LOS AFORAMIENTOS

Al ser preguntado por el debate sobre la eliminación de los aforamientos, Del Riquelme ha afirmado que se trata de una cuestión de "raíz política" que depende de "nuestros representantes legislativos", por lo que no ha entrado en una valoración de su conveniencia o no.

Ha recordado que los aforamientos son una figura "clásica" en el Derecho, aunque ha reconocido que España tiene "una cierta hipertrofia" en esta materia, porque hay "muchos" aforados.

Sea como sea, ha reconocido que los aforamientos producen "algunas situaciones de difícil tramitación o gestión desde el punto de vista procesal" ya que, en ocasiones, "supone la división del enjuiciamiento en distintas piezas por distintos tribunales" lo que puede hacer perder a veces "la visión de conjunto". Además, la figura "genera cambios en los juzgados" y eso, a veces, "supone también una pérdida del conocimiento que se ha ido adquiriendo en la tramitación de una causa".

El presidente del TSJMU ha desmentido que el aforamiento no es un condicionante a la hora de resolver un asunto judicial, pero sí que ha admitido que "complica" la gestión del procedimiento. Y es que si el asunto está en manos de un juez instructor durante un tiempo y luego pasa a otro tribunal, "hay un conocimiento que necesita ser asimilado por el nuevo órgano", lo que produce "disfunciones y retrasos".

Ha señalado que, al final, se trata de una "opción legislativa" y los tribunales se limitan a aplicarla "como tantas otras opciones". No obstante, Del Riquelme cree que "hay razones" para hacer un debate "sereno y reflexivo" sobre dónde debe estar el "punto medio" en esta cuestión.

PARTIDARIO DE EVITAR LAS FILTRACIONES

Al ser preguntado por las filtraciones que se producen en causas complejas como las de corrupción, Del Riquelme se ha mostrado "partidario" de que los tribunales de justicia y los órganos judiciales "establezcan los filtros que sean necesarios y que eviten la fuga de información".

"Debemos garantizar que desde los propios juzgados o desde el personal que sirve los juzgados no fluya esa información o lo haga solamente a través de los mecanismos institucionales que tenemos preparados", ha señalado Del Riquelme, quien ha apostado por dar información de los asuntos que están en instrucción, pero debe ser una información de carácter "institucional".

Al margen de ello, ha señalado que la Administración de Justicia no puede hacerse responsable de aquellas filtraciones que sean proporcionadas por otras partes o actores que puedan tener contacto con las actuaciones judiciales". En el caso de que se produzcan "irregularidades", remarca la necesidad de aplicar la "legalidad vigente".

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