Los hechos se remontan a marzo de 2007, cuando la acusada, valiéndose de una piqueta de siembra de 10 cm de mango y con una hoja acabada en punta de 20 cm de longitud, asestó varias puñaladas a la víctima cuando ésta se encontraba en el interior de un locutorio, en la localidad de Jumilla.
En la agresión intervino el hijo de la acusada, pero al ser menor de edad en ese momento el procedimiento no va contra él. Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió en ambas ingles heridas de 10 cm de profundidad, a pocos centímetros de la arteria femoral, así como en los genitales y en el tórax.
Para el fiscal, los hechos son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que pide la pena de siete años de cárcel y la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 300 metros, así como de comunicación, respecto de la víctima, su domicilio, lugares frecuentados y respecto de sus familiares durante ocho años.
Asimismo, deberá indemnizarla en 1.860 euros por las lesiones sufridas, 70 euros por cada uno de los 20 días impeditivos y de 40 euros por cada uno de los 9 días no impeditivos, así como en casi 7.000 euros por las secuelas ocasionadas.
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