La magistrada conservadora Concepción Espejel Jorquera es la nueva presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, después de ser elegida este jueves por la mayoría de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para este puesto. Espejel será la presidenta de los magistrados que la obligaron a excluirse de los tribunales que juzgarán el caso Gürtel por la afinidad con el Partido Popular (PP) de la magistrada, que no había querido abstenerse por iniciativa propia.

Espejel sustituirá a Fernando Grande Marlaska tras una votación en la que la mayoría de los vocales (11) han apoyado a la magistrada que, hasta ahora, dirigía la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia. Ocho han votado a favor de Manuela Fernández Prado, uno por el magistrado Fermín Echarri y otro por la magistrada Carmen Lamela.

Aunque el grupo de vocales conservadores se mostraba dividido en cuanto a su intención de voto, el pasado miércoles por la noche celebraron una reunión para ponerse de acuerdo y agrupar sus votos a favor de Espejel, según han informado fuentes no oficiales del CGPJ.

El puesto que ocupará Espejel tiene carácter gubernativo pero también jurisdiccional, es decir, quien lo ocupa organiza dicha sala en términos administrativos, pero también forma parte del tribunal como magistrado que juzga asuntos.

La afinidad al PP también fue una de las razones de la exclusión forzosa del magistrado Enrique López para juzgar el caso Gürtel. La pasada semana, López fue designado por el CGPJ para ocupar una de las dos plazas de magistrado en la nueva Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional.

La vacante en la Sala de lo Penal de la Audiencia se ha creado porque el vocal y magistrado, Fernando Grande Marlaska, había llegado casi al final de su mandato como presidente. Además, cuando estaba a punto de finalizar su mandato, Marlaska accedió a uno de los puestos de la Comisión Permanente del CGPJ.

Se trata de la comisión más importante, la que lidera el órgano de gobierno de los jueces. Y sus miembros tienen dedicación exclusiva, de modo que la vacante de Marlaska debía ser cubierta.