La muerte de un hincha del Lazio, Gabriele Sandri, al parecer accidentalmente por un disparo de un policía, ha llenado otra vez de tragedia el fútbol italiano. Incluso se han suspendido varios partidos por prudencia a más altercados violentos, pero los ha habido. Sobre todo en Roma.
A los "ultras" romanistas se unieron luego parte de los laciales que se habían reunido, a golpe de internet y de mensajes, en una cercana plaza, en teoría, para homenajear y recordar al fallecido Sandri. En el periplo por las calles de la ciudad, unas doscientas personas asaltaron uno de los cuarteles que alberga al sector móvil de la policía en la capital italiana.
Algunos de los violentos llegaron con el
El ataque motivó la inmediata reacción de los agentes del orden en servicio, los cuales se vieron obligados a lanzar
También destrozan la sede del CONI
Por otro lado, un grupo más numeros que los que asaltaron la comisaría, ocuparon la sede del Comité Nacional Olímpico Italiano (CONI) rompiendo las puertas de vidrio de acceso, que se encuentra en las cercanías del estadio Olímpico. Los "ultras" y obligaron a los vigilantes que en esos momentos estaban a montar toda una barricada dentro del edificio. También cortaron las calles de acceso para impedir a la policía llegar rápidante.
Como consecuencia de estos enfrentamientos, se habrían producido una decena de heridos entre los miembros de las fuerzas del orden, si bien ninguno de carácter preocupante.
La "guerrilla" siguió en las calles y la policía se vio obligada a aislar la zona y prohibir la circulación, lo que motivó muchos atascos. El dispositivo policial sigue alerta y aunque se intentan descubrir a los violentos mediantes las cámaras que han grabado los incidentes, muchos no serán descubiertos porque llevaban la cara tapada.
Marcha-protesta en Milán
Por otra parte, un millar de seguidores del Inter de Milán y del Lazio, tras conocer que el partido quedaba aplazado, se unieron a las protestas de Roma en una marcha por las calles de Milán protagonizando también tristes incidentes.
Inicialmente, fueron cerca de dos millares los seguidores, según algunas fuentes, que se reunieron en torno al estadio milanés "Giuseppe Meazza", donde se debía jugar el partido, iniciando una marcha que estuvo precedida por las agresiones, con patadas y puñetazos, a un par de periodistas y a dos cámaras de televisión que intentaban informar de cuanto acontecía. Uno de los operadores televisivos, al cual le fue destrozada la cámara y robados los vídeos-cassettes, tuvo que ser
La marcha de los seguidores, que ya empezó a perder número de efectivos, contó con pancartas y frases en las que se pedía la
Durante su "paseo" por las calles de Milán, se detuvieron a
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