Así lo ha destacado este miércoles en rueda de prensa el portavoz de la plataforma, Miguel Santiago, quien ha explicado que en dos informes de 24 páginas se argumenta que "la ocupación injustificada de espacios centrales del edificio perturba la narración histórica y cultural de un monumento excepcional, catalogado en el listado del Patrimonio Mundial de la Unesco por su valor único como ejemplo de arquitectura arabo islámica".

Así, según ha señalado Santiago, "el muro de la Quibla, por ejemplo, que es la zona crucial para entender la Mezquita, está invadido por un San Juan de Ávila y un enorme facistol para lecturas litúrgicas, cuya ubicación natural es el coro de la Catedral".

El portavoz de la plataforma ha recalcado que el colectivo al que representa "defenderá siempre la historia y la memoria de la Mezquita-Catedral", lo que le ha llevado a criticar que "no existe un plan director del monumento que organice su actividad cultural, lo que distorsiona su gestión turística y patrimonial".

Junto a ello, Santiago ha pedido una "gestion científica y técnica del monumento y no dirigida por los intereses particulares de la Iglesia Católica", y ha añadido que la Junta de Andalucía "debería ser garante de la tutela, vigilancia y conservación del monumento".

Por su parte, Jose David Luna, miembro de la comisión permanente de la Plataforma Mezquita-Catedral, ha indicado que el título de Patrimonio Mundial que ostenta el templo desde 1984 es "una responsabilidad ante el resto del mundo" y, según ha subrayado, se están "vulnerando los cuatro principios por los que la Unesco otorgó el reconocimiento internacional".

A su juicio, la intención del Obispado es "desdibujar la huella andalusí e imponer una visión católica excluyente de un símbolo universal de mestizaje de culturas. Esa es la razón que se encuentra detrás de la programación arbitraria e intensiva, a lo largo de todo el año, de exposiciones de cristos y vírgenes en el oratorio islámico, tal como se detalla en el informe gráfico que se acaba de presentar ante la Consejería de Cultura".

Para la Plataforma Mezquita-Catedral, "la sobreexposición de iconografía católica sin control y sin un plan de usos coherente desfigura la interpretación de la Mezquita-Catedral y distorsiona la visita de millones de turistas que cada año eligen el monumento andalusí como destino preferente. Tampoco está justificada la inclusión caprichosa de cuadros sin valor ni otro tipo de elementos que se añaden gratuitamente en un edificio que está reconocido en el listado del Patrimonio Mundial de la Unesco".

En el informe de la plataforma también se lamenta "la colocación habitual de paneles publicitarios atornillados a los muros milenarios de la Mezquita-Catedral, con el consiguiente riesgo para su integridad" y, además, "los tickets de entrada siguen identificando al monumento como 'Catedral de Córdoba', un año después de que la presión ciudadana lograra recuperar la denominación integradora de Mezquita-Catedral".

Todas estas anomalías, en opinión de la plataforma, "representan una clara conculcación de los valores protegidos por la Unesco, especialmente el de autenticidad y preservación de la diversidad cultural", tal como se especifica en la queja presentada ante la Consejería de Cultura.

Por todo ello, la Plataforma Mezquita-Catedral solicita a la Junta de Andalucía "que impida que el Obispado prosiga con su operación de desnaturalización del universal monumento omeya, lo que atenta contra los criterios básicos de protección del patrimonio histórico y los principios rectores de la Unesco".

Por otro lado, la Plataforma Mezquita-Catedral se ha congratulado por la creación en el Ayuntamiento de Córdoba de "una comisión histórico jurídica encaminada a que la Mezquita-Catedral vuelva a ser un bien de dominio público", destacando también el hecho de que "la presida Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la Unesco, Hijo Predilecto de Andalucía y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Córdoba en 1994, a propuesta del catedrático de Bioquímica y jesuíta, Jacobo Cárdenas".