Según el testimonio de la mujer incluido en la sentencia, la turista tropezó con un escalón de unos 11 centímetros de altura cuando salía del baño de recepción del citado hotel, en el que se encontraba de vacaciones con su familia, y sufrió una fractura en el hombro por la que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente.
La turista defiende que el escalón no estaba debidamente señalizado, pues en su borde solo había una franja amarilla desgastada por el paso del tiempo y, como prueba, argumentaba que al día siguiente, otra mujer se cayó en el mismo sitio.
Por ello, pedía más de 24.000 euros de indemnización por daños personales, materiales y morales.
Ante estas declaraciones, el juez consideró probado en primera instancia que el escalón estaba en buenas condiciones, seco y se encontraba en una zona suficientemente iluminada. Así pues, señalaba que el accidente se debió a un despiste de la turista, pues tuvo que subir el escalón en un primer momento para acceder al baño, por lo que sabía de su existencia.
Por ello, la Audiencia ha dado la razón al juzgado de instrucción que se encargó en un primer momento del juicio y ha desestimado el recurso de apelación presentado por la mujer.
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