Un vendedor chino de lotería ha sido condenado a cadena perpetua en su país tras aprovecharse de un fallo en el sistema de juego con el que se había embolsado unos 3,76 millones de dólares (2,6 millones de euros) con billetes ilegales.
El condenado se llama Zhao Ligun, de 36 años y propietario de tres quioscos de lotería, y descubrió en 2005 un defecto del sistema con el que podía comprar cupones ganadores hasta cinco minutos después de que el premio fuera anunciado, según el tribunal de la ciudad de Anshan, al noreste de la provincia de Heilongjiang. Así, pudo apostar por diversas combinaciones ganadoras hasta conseguir más de 3,5 millones de dólares.
Además, "invitaba a sus vecinos y amigos a que compraran los billetes y que cobrasen los premios en el Centro de Lotería del Bienestar de Lianing", señaló el tribunal.
El centro de lotería detectó que muchos premios eran ilegales y denunció el caso a la Policía que arrestó a Zhao en enero de este año. Ahora, ha sido condenado a cadena perpetua por un delito de fraude y se le han confiscado todos sus bienes.
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