Brian Eno (Reino Unido, 1948), uno de los artistas más prolíficos, intuitivos y radicales del último medio siglo, presentará en persona en Madrid una exposición de lienzos donde se autogeneran paisajes cambiantes con diodos semiconductores de luz (led, en inglés, el plural aceptado por la RAE es ledes). El espectáculo-instalación se titula de manera casi textual Light (Luz) y estará abierta entre el 30 de mayo y el 15 de julio.

La exposición, la primera individual del británico en Ivorypress, la galería y sede de la editorial de Elena Ochoa de Foster, es una instalación de trabajos de luz que se sincronizan en una infinita combinación de "paisajes de color" a través de una serie de ledes entretejidos. Es una obra, dicen los organizadores, que "dilata los límites temporales de modo que parece no tener ni principio ni fin", muy en la línea de la música accidental y discreta que el siempre curioso y valiente artista ha desarrollado en algunos de sus más de cuarenta discos.

En la instalación, que fue estrenada en la galería Paul Stolper de Londres en 2015, el incansable artista "anima a las personas a permanecer en un único lugar durante un tiempo" y esperar a que las diferentes cajas de luz musicales cambien. "Si un cuadro está colgado en la pared no sentimos que nos estemos perdiendo algo por no prestarle atención. Sin embargo con la música y el vídeo, aún sentimos una expectación casi dramática", dice en unas declaraciones que ha distribuido Ivorypress.

Cada caja está acompañada por una composición musical única y, paralelamente, Eno ha compuesto una pieza musical integral para la instalación, muy en la línea de su último álbum, el sugerente Reflection, donde la larga pieza que ocupa el disco pertenece a la categoría de la "música generativa". Según el artista, se trata de que el compositor coloque en cierto lugar movientos y frases que tengan la capacidad de autocombinarse por sí mismas.

"Mi música y vídeos cambian, pero lo hacen lentamente. Y cuando cambian lo hacen de tal manera que no importa si te pierdes alguna parte", comenta el artista, que inventó la idea de música ambiental, tocó con Roxy Music, firmó discos inolvidables con David Bowie, produjo a los Talking Heads y U2, firmó los sonidos del sistema operativo Windows y se ha alineado con los movimientos sociales más progresistas.

Además de las cajas de luz, Eno también expondrá en Madrid siete grabados que, a modo de fotogramas, capturan un instante en el tiempo. Habrá también dos trabajos lenticulares, creados mediante un sistema en el que las lentes dan a la imagen impresa la ilusión de profundidad y de animación, aportando movimiento a lo que de otra manera sería una forma abstracta y plana. Refuerzan la noción de una obra que "se puede mirar y pasar de largo tanto como se podría de una pintura: ella esta quieta y tú te mueves".

Esta convergencia de diferentes medios es clave en su trabajo. "La pintura y la música siempre han estado entretejidas. Comencé jugando con la luz como medio artístico más o menos cuando empecé a jugar con el sonido en mi adolescencia. Cuando pienso en lo que he estado haciendo durante los años que he dedicado a las intervenciones tengo la sensación de haber estado intentando ralentizar la música para que pueda convertirse en algo más cercano a la pintura, y animar la pintura para que sea más como la música… con la esperanza de que las dos actividades puedan encontrarse y fusionarse en un punto intermedio", dice el artista.