El sacrificio del perro de Teresa Romero como medida contra el ébola fue "inevitable"

  • Así lo afirma el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ha rechazado un recurso de la auxiliar de enfermeria y de su marido pidiendo indemnización.
  • El sacrificio se realizó para impedir el contagio de terceras personas pero los dueños alegan que no había evidencia de que el animal estuviera contagiado.
  • Sanidad sacrifica a Excalibur, el perro de la infectada por ébola.
Excálibur, el perro de Teresa Romero, única infectada por ébola en España, fue sacrificado.
Excálibur, el perro de Teresa Romero, única infectada por ébola en España, fue sacrificado.
EFE
Excálibur, el perro de Teresa Romero, única infectada por ébola en España, fue sacrificado.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha rechazado un recurso de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se infectó de ébola, y su marido en el que solicitaban a la Comunidad de Madrid una indemnización por el sacrificio de su perro Excalibur al considerar que fue "inevitable".

En la sentencia, la Sección Décima de la Sala de lo Contencioso Administrativo desestima el recurso de Romero y Javier Limón contra la resolución de febrero de 2015 de la Consejería de Sanidad, que rechazó la reclamación patrimonial presentada en noviembre de 2014 por el matrimonio, un mes después de la muerte del animal en su domicilio de Alcorcón.

Teresa Romero, enfermera auxiliar del Hospital Carlos III que se infectó de ébola tras atender a un religioso que fue repatriado al contraer la enfermedad, y su marido solicitaron a la Comunidad de Madrid 150.000 euros por los "daños morales" que les causó el sacrificio de su perro Excalibur.

Basan su petición en que a pesar de la negativa del marido de Romero a sacrificar al animal por no existir pruebas de que se hubiera infectado de ébola, Sanidad emitió una resolución —ratificada por el Juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de Madrid— para entrar al domicilio y sacrificar al perro.

"Dicha decisión fue adoptada de manera precipitada, sin las precauciones adecuadas, toda vez que no se procedió a hacerle las pruebas necesarias para determinar si el perro contagiado, por lo que se decidió matarle", añaden. Excalibur fue ejecutado el 8 de octubre de 2014 por el equipo del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) de la Universidad Complutense de Madrid.

Una decisión que ahora el tribunal avala al entender que "fue inevitable proceder al sacrificio del perro" de la familia "ante la imposibilidad real de trasladarlo vivo y de custodiarlo por personal entrenado que pudiera seguir un protocolo de actuación y en un establecimiento con condiciones de bioseguridad adecuadas" para impedir el contagio de terceras personas.

La Sala reconoce el "escaso conocimiento científico sobre la prevención y tratamiento del virus, y sobre la infección y potencial riesgo de transmisión de los perros". Pero deja claro que a todos los dueños de animales se les deriva la carga impuesta de soportar el sacrificio de los mismos "como medida de salvaguarda de salud pública".

"En el caso que nos ocupa se estaba ante un alto riesgo de epidemia por contagio del virus del ébola", precisan. Por todo ello, la Sala determina que Romero y su marido no tienen derecho a ser indemnizados por la Comunidad de Madrid al tiempo que les condena en costas, si bien la decisión no es firme y puede ser recurrida en casación ante el Tribunal Supremo.

De hecho, el abogado de Teresa Romero, Jose María Garzón ha anunciado que recurrirán ante el alto tribunal al insistir que no se tenía que haber sacrificado al perro porque no había ninguna evidencia de que el animal se contagiara de la enfermedad.

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