Marruecos cierra hasta el 2 de mayo el paso comercial con Ceuta tras morir una porteadora

Centenares de porteadores marroquíes en la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos.
Centenares de porteadores marroquíes en la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos.
EFE / ARCHIVO
Centenares de porteadores marroquíes en la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos.

La decisión del Gobierno marroquí de cerrar el paso comercial fronterizo de Tarajal II entre Ceuta y su vecina Castillejos ha generado gran descontento entre la población local, que vive del traslado de mercancías entre Ceuta y Marruecos.

Las autoridades marroquíes, en coordinación con las españolas, decretaron anoche cerrar el puesto de Tarajal II hasta el próximo 2 de mayo para aplicar algunas mejoras tras la muerte ayer de una porteadora de 40 años en este paso al ser aplastada por la muchedumbre que suele agolparse a la salida del puesto y provoca avalanchas.

"Sin avalanchas nunca entraríamos, ya que nunca llega tu turno por las enormes colas que se forman. Aquí funciona la ley del más fuerte", explica Ismael, un porteador que propone dedicar un día para las mujeres y otro para hombres en el paso fronterizo para evitar accidentes de pisoteo.

Decenas de personas que se dedican a esta actividad se congregaron la mañana de este martes en el paso fronterizo de Ceuta para inspeccionar ellos mismos los vehículos que salen de la ciudad española e increpar a cualquiera que pase con mercancía dentro de su coche, según pudo constatar Efe en el lugar.

Los vehículos, competencia desleal

Explicaron que con su acto quieren llamar la atención a los vehículos —esencialmente con matrícula ceutí— que salen de Ceuta cargados de mercancía, porque ejercerían una suerte de competencia desleal contra los cientos de marroquíes forzados a parar una semana su trabajo como porteadores de "bortos", como llaman en dialecto marroquí al fardo que cargan a la espalda.

Esta misma mañana se ha celebrado una reunión entre autoridades locales, parlamentarios de la región y militantes de asociaciones civiles para tratar la situación inmediata y futura de los porteadores que viven del contrabando tolerado con Ceuta.

Los habitantes de Castillejos —77.249 en el censo de 2014— dependen de forma directa o indirecta del contrabando de mercancías y cualquier cierre de frontera condena a los porteadores, mayormente mujeres, a una situación de paro forzoso.

Peores condiciones

Yunes, que se dedica al contrabando desde 1996, criticó que el cierre de Tarajal II le dejará sin ingresos para mantener a una familia compuesta de una esposa y tres hijas. Sentado sobre los restos de un muro en una colina que se asoma sobre el paso fronterizo de Tarajal, Yunes, junto a un grupo de porteadores de aspecto cansado, miran inmóviles y frustrados al paso fronterizo.

Este oficio "es como una adicción, cada vez que intentas dejarla te enganchas de nuevo", resumió Yunes, quien reconoció haber intentado otras alternativas en albañilería o comercio ambulante, que ha ido abandonando. las condiciones de trabajo son más difíciles desde que las autoridades españolas aplican nuevas medidas, como reducir a la mitad —hasta 4.000— el número de personas que transitan a diario

Varios porteadores consultados por Efe explicaron que las condiciones de trabajo son más difíciles que antes, sobre todo desde que recientemente las autoridades españolas aplican nuevas medidas, como reducir a la mitad —hasta 4.000— el número de personas que transitan a diario por el paso fronterizo.

La reducción del número de personas y el corto tiempo que se ofrece para entrar —solo dos horas a partir de las 07.00 de la mañana— hacen que la gente forme colas desde la noche anterior. A ellos se añaden los que vienen tarde, se amontonan y empujan una vez abierto el portal para colarse y poder entrar, lo que provoca avalanchas.

Fardos que pesan entre 50 y 90 kilos

Los porteadores hombres y mujeres entran por separado por el puesto de Tarajal II, por el que también pasan ancianos y personas con alguna discapacidad física. Llevan unos fardos que pesan entre 50 y 90 kilos.

Con el bulto encima, los porteadores tienen que recorrer más de dos kilómetros sin posibilidad de descanso, "porque si te quitas el bulto no hay nadie que te pueda ayudar para ponértelo de nuevo", relata uno de los porteadores.

Transportar un bulto, generalmente ropa, mantas o material textil, hace a cada porteador ganar entre 250 y 500 dirhams (25-50 euros): a más peso, más ganancia. En cuanto a la comida, es transportada en vehículos acondicionados con amortiguadores especiales para que no se venzan por el enorme peso.

Los porteadores trabajan cuatro días en la semana, sin tener la certeza de poder pasar cada día la frontera, y con derecho a un solo paso por día.

Un viaje en el que, además, hay que pagar en varias ocasiones sobornos para poder franquear ciertas etapas y sacar a salvo la mercancía: la implantación de un "tiquet" por parte española que se entrega al porteador al entrar y debe devolver al salir ha generado un "tráfico de tiquets": se llega a pagar 30 euros por un tiquet sin tener que hacer la cola.

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