El aumento de poder de Erdogan hace inviable la entrada de Turquía en la UE

La victoria (ajustada) del 'sí' en el referéndum sobre la reforma constitucional de Turquía que otorga más poderes al presidente, Recep Tayyip Erdogan, pone en peligro el proceso de adhesión de este país a la Unión Europea. El resultado obliga al país otomano a redefinir sus relaciones con la UE, que se habían visto últimamente deterioradas, entre otras cuestiones, por las purgas masivas contra opositores tras el fallido golpe de Estado de julio del año pasado, así como la crisis diplomática abierta con Holanda a raíz de la prohibición de mítines electorales con políticos turcos en ese país.

La reforma constitucional aprobada en este plebiscito impulsado por Erdogan, cuyos cambios comenzarán a aplicarse en 2019, prevé sustituir el actual sistema parlamentario por uno presidencial en el que esta figura llegará a acumular más poder que nunca en ese país. Esto le ha valido las críticas de la Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa, que ya ha señalado que este proyecto introduce un régimen autoritario "de un solo hombre" que debilitaría la democracia en el país.

Hace apenas un mes, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, también vaticinaba lo siguiente: "Turquía está más lejos hoy que nunca de ser miembro de la UE". Tras los resultados del polémico referéndum, sus previsiones no se alejan tanto de la realidad.

El Parlamento Europeo apostaba en una resolución aprobada el pasado noviembre por congelar las negociaciones con Turquía después de más de 10 años de conversaciones para su ingreso en la UE. "Estamos entrando en una nueva fase en las relaciones UE-Turquía", aseguraba en un comunicado el europarlamentario griego Manolis Kefalogiannis, jefe de la delegación del Parlamento en Turquía. A ello añadía que "Turquía debe dejar de exhibir un enorme déficit democrático, particularmente tras el golpe de Estado del 15 de julio de 2016, y debe dejar de considerar la reintroducción de la pena de muerte. Además, Turquía debe adoptar los valores y normas de la UE, respetar el acervo de la UE y dejar de disputar tratados internacionales".

Para los más críticos con el Gobierno de Ankara, el país no cumpliría con uno de los requisitos imprescindibles que se exigen a los candidatos a la adhesión y que recoge los estándares de Copenhague: la estabilidad de las instituciones que garanticen la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos y el respeto y la protección de las minorías.

Piden la suspensión de las negociaciones

Tras conocerse los resultados del referéndum turco, los grupos mayoritarios en el Parlamento Europeo han expresado su preocupación y algunas formaciones han vuelto a instar a la Unión Europea a que suspenda las negociaciones de ampliación con Ankara.

"No importa el resultado: con este referendo el presidente Erdogan está dividiendo al país", indicó en Twitter el líder del grupo del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, Manfred Weber. "Estamos profundamente preocupados por el resultado del referendo", agregó.

Por su parte, el portavoz del PSOE en la Eurocámara, Ramón Jáuregui, confió en la misma red social en que "una victoria tan ajustada del 'sí' no destruya la democracia turca". Mientras, la vicepresidenta de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo Elena Valenciano indicó que "el alto porcentaje del 'no', a pesar de la desigual campaña, demuestra enorme división".

Más allá fue el presidente de los liberales (ALDE) en la Eurocámara, Guy Verhofstadt, para quien el resultado de la consulta fue "muy justo" y que llegó a señalar que la UE "debería detener" las negociaciones de acceso de Turquía al club comunitario "si Erdogan persiste".

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