¿Cómo practicar sexo en el espacio? Se buscan respuestas a una asignatura pendiente

  • Con 2031 como horizonte para viajes tripulados y largos hacia Marte, la NASA aún no sabe cómo esquivar los problemas biológicos y médicos que surgen.
  • La radiación y la microgravedad, principales problemas no sólo para el sexo, sino también para la concepción.
  • Según la NASA, aún no se han producido relaciones sexuales en el espacio.
Una escena de la película 'Gravity', con Sandra Bullock y George Clooney.
Una escena de la película 'Gravity', con Sandra Bullock y George Clooney.
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Una escena de la película 'Gravity', con Sandra Bullock y George Clooney.

La NASA tiene previsto que en el año 2031, se envíen misiones tripuladas a Marte para establecer un asentamiento humano permanente. El viaje espacial será largo, de casi dos años. Pero hay un tema para el que la NASA no ha encontrado aún respuesta, y que surgirá en su momento: ¿Cómo mantener relaciones sexuales en el espacio?

Según la NASA, aún no se han producido relaciones sexuales humanas en el espacio, recoge el portal FiveThirtyEight. Si en un futuro no tan lejano el ser humano va a pasar más tiempo en otros planetas o en el espacio, una función biológica básica como es el sexo tiene que surgir. El problema es que hay condicionantes médicos y biológicos que, a día de hoy, lo complican.

Por ahora se han efectuado pruebas con animales y los resultados no son esperanzadores. Y es que hay dos principales problemas para el sexo espacial: la radiación y la microgravedad.

La Tierra está protegida de la radiación por la atmósfera y su propio campo magnético, pero fuera de ella, hay partículas subatómicas por doquier, que pueden atacar nuestro ADN, produciendo mutaciones genéticas o incluso cáncer. Es más, los órganos reproductores son los más afectados por la radiación.

La microgravedad también afecta a nuestro cuerpo. Los astronautas pierden masa muscular en el espacio. Al no tener que aguantar su propio peso, el cuerpo se debilita. Pero son sólo algunos de los efectos. Por ejemplo, ratones hembra enviados al espacio dejaron de ovular, mientras que otros perdieron el cuerpo lúteo, una estructura formada en el ovario tras la ovulación. Esta estuctura está encargada de producir hormonas que mantienen el embarazo hasta que la placenta crece lo suficiente para hacerlo. Sin él, es muy probable que un embarazo no prospere.

Un experimento antiguo, llevado a cabo en 1979 con ratas, demostró que dos ratas se habían quedado embarazadas, pero sufrieron abortos. Algunas, además, sufrieron un descenso en sus niveles de estrógenos y ni siquiera quisieron aparearse con los machos con los que compartían vuelo espacial. En el caso de los humanos, se cree que la microgravedad puede afectar a la producción y comportamiento del esperma y al desarrollo fetal.

Quedan 15 años para ver de qué manera se pueden dar respuesta a estos asuntos que, quizá, sean cruciales en el futuro de la humanidad.

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