El arroyo Bejarano y los Baños de Popea: la sierra queda a las puertas de Córdoba

  • En Santa María de Trassierra se puede descubrir un laberinto de calles por donde anduvo Cristóbal Colón.
  • Los Baños de Popea son un conjunto de piscinas y cascadas de gran belleza por el efecto de la erosión en la piedra caliza.
Bosque en la ruta del Arroyo Bejarano.
Bosque en la ruta del Arroyo Bejarano.
EFE/Grupo Élite de Villafranca de Córdoba
Bosque en la ruta del Arroyo Bejarano.

Más allá de la milenaria ciudad, el término municipal de Córdoba encierra una verde sierra. Es un conjunto de arroyos, cascadas y aldeas que recorrió el mismo Cristóbal Colón. De la mano de la Asociación Ecologista Guadalquivir, hacemos esta ruta, que nos llevará por el arroyo Bejarano y los Baños de Popea.

El camino comienza en el núcleo de Santa María de Trassierra, con un poco de historia. Se puede descubrir un laberinto de calles por donde anduvo Colón. Según la historia, mientras esperaba para obtener el beneplácito real para el viaje que cambiaría el mundo, conoció a la joven Beatriz Enríquez, con la que incluso llegó a tener un hijo, Fernando, que acompañó a su padre en viajes posteriores. Además, en la parroquia de este núcleo de población estuvo destinado como párroco Luis de Góngora y allí se inspiró para alguno de sus versos como las Flores de Romero.

Volviendo al tiempo presente, la vereda de la Pasada del Pino conduce al Arroyo Bejarano y el sendero continúa hacia el Arroyo del Molino, donde la entrada al bosque de galería presenta un cambio brusco de temperatura, luz, flora y fauna. Uno de los elementos naturales más destacados en este rincón de Córdoba son los conocidos como los Baños de Popea, con piscinas y cascadas de gran belleza por el efecto de la erosión en la piedra caliza.

La fuerza del agua por esta zona fue aprovechada siglos atrás, como muestran los vestigios de “El Molinillo”. Más adelante, sale al paso el río Guadiato, uno de los afluentes más importantes del margen derecho del Guadalquivir que ofrece una perspectiva de ribera, donde habitan especies vegetales de extraordinaria rareza como una especie de orquídea endémica.

Según la organización ecologista, se pueden hallar aves como la curruca, el ruiseñor, el mirlo, el búho chico, la lechuza común, o incluso el águila perdicera y gavilán. Entre los mamíferos destacan ciervo, jabalí, conejo, liebre, jineta, meloncillo, nutria, tejón, garduña, turón, comadreja, zorro, lirón, ratón de campo, rata de agua, erizo común o murciélago. Dentro de los anfibios en esta sierra de Córdoba hay ranita meridional, salamandra común, sapo partero, sapo ibérico, sapo común o tritón jaspeado. Como ejemplo de reptiles se pueden observar galápago leproso, lagarto ocelado, culebra bastarda, culebra de agua, gallipato, eslizón ibérico o lagartija.

Minas y una calzada romana

La cuenca del Guadiato ha sido explotada desde la Antigüedad por sus recursos mineros. Por eso, los dos siguientes hitos que se pueden investigar en el itinerario son precisamente las entradas a dos minas; y la siguiente, un molino destinado a moler el material minero, el molino del Martinete. Finalmente, en el camino hacia el Arroyo del Bejarano, se puede descubrir un acueducto y los restos de la calzada romana, tan relacionada con el aprovechamiento minero de la zona.

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