Encontrar aparcamiento en Madrid, sobre todo en la almendra central, se ha convertido en una misión más complicada en los últimos meses. Las actuaciones que está realizando el Ayuntamiento de Madrid relacionadas con la ampliación de aceras y la construcción de nuevos itinerarios ciclistas han provocado la pérdida de cientos de plazas de aparcamiento por toda la ciudad, como ha comprobado 20minutos. Este diario ha solicitado al Consistorio el dato o estimación de cuántas plazas se han perdido sin éxito.

Los trabajos para hacer más transitables las aceras, que forman parte de un plan municipal para mejorar tambien calzadas, dotado con 48 millones de euros, se derivan de la necesidad de adecuar los anchos útiles de paso a la normativa vigente de accesibilidad. Esta medida ha supuesto, por ejemplo, la pérdida de la mitad de los aparcamientos en un tramo de la calle Miguel Yuste (San Blas), donde la ampliación de aceras ha forzado a que los coches que antes aparcaban en batería lo tengan que hacer ahora en fila. Esta problemática se repite, aunque en otras circunstancias, en varias calles de la capital como Eraso (Salamanca), avenida de Badajoz (Ciudad Lineal), Vallehermoso con Emilio Carrere (Chamberí) o Monasterio de El Escorial (Fuencarral-El Pardo), entre otras.

La construcción de los nuevos itinerarios ciclistas, por su parte, tiene como finalidad ir reduciendo paulatinamente la presencia del vehículo privado en el centro de en favor de la movilidad peatonal y ciclista. Los nuevos itinerarios, que costarán 8 millones de euros, se proyectarán en las calles de Santa Engracia, Bravo Murillo, avenida de los Toreros, Gran Vía de Hortaleza, paseos de Moret-Pintor Rosales, Puerta de Toledo-Antonio Leyva y avenida de Oporto-Eugenia de Montijo, además de bulevares y prolongación de Madrid Río. En casi todos habrá pérdida de plazas de aparcamiento. Por ejemplo, en Santa Engracia (Chamberí) se perderán unas 60 plazas, mientras que en avenida de los Toreros (Salamanca) serán aproximadamente una treintena, según figura en los proyectos de construcción.

La mayoría de los vecinos no se han mostrado especialmente críticos con la medida, aunque sí han reprochado al Ayuntamiento su "falta de diálogo". "En líneas generales, las actuaciones son beneficiosas para la ciudad y recogen una vieja demanda vecinal, que pasa por darle un mayor protagonismo al peatón que al coche", afirma Enrique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm). Villalobos conoce y entiende las quejas de algunos vecinos, como los de Santa Engracia o Dehesa de la Villa, pero opina que están más relacionadas con las formas que con el fondo: "No hubiese pasado nada porque las obras se hubiesen retrasado un mes y haberlo consensuado un poco más con los vecinos afectados. Ha habido falta de diálogo para acometer la propuesta".

Los conductores se muestran más beligerantes con el Consistorio. "Quieren expulsar al automóvil de las calles sin ofrecer alternativas reales para todos los vecinos de la ciudad", sostiene Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que cree que estas medidas no garantizan una mejor movilidad de los ciudadanos. "No existe un transporte público adecuado", sentencia Arnaldo. "Tampoco han analizado los usos de las personas que necesitan el coche y trabajan en zonas donde es difícil aparcar", añade.

Desde el área de Desarrollo Urbano Sostenible se reconoce la pérdida de plazas, aunque se minimiza su impacto. "Siempre se intenta que la pérdida de plazas sea la menor posible, buscando además compensar ampliando el número de plazas en calles del entorno, aunque esto no siempre es posible", señala un portavoz.

En el caso de la ampliación de aceras, el Consistorio asegura que "en realidad se pierden plazas de aparcamiento ilegales porque se aparca en esquinas, pasos de peatones, dobles filas... En un ordenamiento del espacio disponible de la calle coherente y cumpliendo toda la normativa vigente (accesibilidad, bomberos y emergencias, circulación, etc.) se reducen las plazas de aparcamiento en relación a una calle no ordenada y que incumple sistemáticamente estas normas".

"Hay secciones de calles y ordenaciones que no se han modificado en cuarenta años y que por lo tanto no están adaptadas a la normativa o a los criterios de equilibrio en el reparto del espacio contemporáneos", concluye.