Las investigaciones se iniciaron al tener conocimiento los agentes de que en esta vivienda se cultivaba marihuana. El domicilio estaba en régimen de alquiler y se encontraba deshabitado y cerrada con todas las persianas, tanto del balcón como de las ventanas, completamente bajadas, pero con varios aparatos de aire acondicionado y extractores de aire en funcionamiento y un fuerte olor a marihuana.

Los policías averiguaron la identidad de la mujer y había alquilado la vivienda en noviembre del año pasado. En el registro intervinieron 217 macetas con esquejes de plantas de marihuana,

14 bolsas transparentes llenas de cogollos secos con un peso aproximado de 300 gramos, una pistola del calibre 7,65, 62 cartuchos, cuatro aparatos de aire acondicionado, 21 lámparas de calor y transformadores, cuatro ventiladores, nueve bombillas halógenas y tres diferenciales de luz.

Las 14 bolsas de plástico con cogollos secos de marihuana arrojaron un peso total aproximado de 4,4 kilos y el arma de fuego fue localizada dentro de un calcetín en un mueble del comedor de la vivienda.

También se incautaron de pulverizantes, fertilizantes, estimulantes de crecimiento, insecticidas, medidores de agua y varias herramientas para el cultivo de marihuana, entre otros efectos.

TOTALMENTE PREPARADA COMO PLANTACIÓN

La vivienda se encontraba así totalmente preparada para el cultivo de marihuana, con el cuarto de baño y cocina inutilizado, y dos tabiques tirados para crear una estancia más grande como plantación.

Tras las pesquisas, los agentes detuvieron a la sospechosa como presunta autora de los delitos contra la salud pública y tenencia ilícita de armas. La arrestada, de origen español y con antecedentes policiales, ha pasado a disposición judicial.