La 'contracostura' hippie: cuando la moda era rebelde, de piezas únicas y hecha a mano

  • Una exposición en Nueva York recupera la moda libre y soñadora de los diseñadores contestarios de los años sesenta y setenta del siglo XX.
  • 'Contracostura' exhibe prendas de vestir, joyas y accesorios artesanales elaborados al margen del comercio pero en el centro de un cambio de época.
  • Diseñadores trotamundos tomaron técnicas y referencias del misticismo de Extremo Oriente o el hedonismo de Ibiza para crear modelos aún sorprendentes.
Diseños en crochet de la sueca Birgitta Bjerke, en una playa de Ibiza en 1969
Diseños en crochet de la sueca Birgitta Bjerke, en una playa de Ibiza en 1969
Photo by Karl Ferris, featuring crocheted designs by 100% Birgitta
Diseños en crochet de la sueca Birgitta Bjerke, en una playa de Ibiza en 1969

Han acuñado un término que tiene gracia y sirve de manera adecuada para la definición: Counter-Couture, cuya traducción al español sería contracostura, un cruce de contracultura y alta costura.

Se trata de comprobar cómo la moda de los años hippies también fue un frente de batalla, quizá más silencioso que el pacifismo o las revoluciones sexual, musical y psicodélica, pero con similares pretensiones: cambiar el modo de vida y plantear una alternativa al modelo burgués.

Counter-Couture: Handmade Fashion in an American Counterculture (Contracostura: moda hecha a mano de la contracultura estadounidense), hasta el 20 de agosto en el Museo de Artes y Diseño (MAD) de Nueva York, recupera la moda artesana, libre y soñadora de los diseñadores contestatarios de las décadas de los años sesenta y setenta, cuando integrarse era el verbo a evitar y varias revoluciones estallaban al mismo tiempo.

El a menudo llamado movimiento hippie o contracultura barrió el conformismo de los valores del estilo de vida de los EE UU, discutió el ideal del sueño americano e intentó proponer como alternativa un estilo de vida basado en el misticismo, el desarrollo individual pleno, el antibelicismo, el consumo de drogas como forma de autoconocimiento, la artesanía, la vida comunitaria y, sobre todo los demás valores, la libertad.

Rechazaron los estándares de sus padres

Con el telón de fondo de las protestas contra la guerra de Vietnam y de los movimientos en favor de los derechos civiles, los ideales de autosuficiencia y autoexpresión se tomaron como norma ética y los jóvenes idealistas rechazaron los estándares culturales de sus padres, abrazaron la lucha por la igualdad racial y de género, usaron drogas para explorar estados alterados de conciencia y cultivaron una nueva dimensión de la espiritualidad.

Es en este marco donde surge, integrada en la gran madeja de la contracultura, la contracostura que sirve de materia a la exposición neoyorquina. Exhibe prendas de vestir, joyas y accesorios de artesanos estadounidenses que "diseñaban la realidad misma que anhelaban, al margen de la sociedad y, sin embargo, en el centro de un cambio de época".

Costura, bordado, parcheado...

Las obras expuestas buscan el ethos de una generación en prendas de vestir, accesorios y adornos entendidos como parte del cambio general del modo de vida. Los diseñadores hippies "lucharon por el cambio mediante la costura, el bordado, el acolchado, el parcheado y el teñido" y, "colocando el hecho a mano en el centro de su revolución diaria", contribuyeron a prolongar la nueva sensibilidad a las prendas de vestir.

El coordinador de la muestra, Michael Cepress, revela que gran parte del trabajo procede de la inspiración de un libro fundamental y casi mítico que acaba de ser reeditado, Native Funk & Flash, de Alexandra Jacopetti Hart, una investigadora y diseñadora textil que en 1974 publicó una recopilación de vestuario basado en el cruce entre las tradiciones nativoestadounidenses y la chispa hippie.

'Caparazón de otro mundo'

En la exposición que, según añade Cepress, quiere "compartir el flujo vital de pasión e ideas de los artistas-activistas que eligieron la moda para ayudar a crear un mundo mejor", pueden verse diseños del famoso Kaisik Wong, que transforma el cuerpo en un "caparazón irrisorio y de otro mundo" y ha tenido entre sus clientes a Tina Turner y Elton John.

También está presente la trotamundos hippie sueca Birgitta Bjerke, que a través de la marca 100% Birgitta, que llevó a San Francisco las pintorescas creaciones de crochet caleidoscópico que había creado en Ibiza. Sus diseños fueron usados por grupos musicales como The Who y Grateful Dead. Otro diseñador hippie con gran presencia en el mercado alternativo fue el zapatero Mickey McGowan.

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