Así lo ha explicado este martes el instructor de la investigación en el juicio que se sigue en la Sección Novena de la Audiencia de Málaga contra estos cinco hombres, acusados de integrar un grupo delictivo y de ponerse de acuerdo para robar en dicho depósito, que entonces tenía unos 169 kilos de distintos tipos de droga. Para ellos la Fiscalía solicita en total más de 80 años de cárcel.

El agente ha explicado que cuando llegó a la investigación la impulsó solicitando distintas diligencias, entre ellas los registros de las antenas de telefonía móvil de tres puntos claves, como eran las ubicadas cerca del puerto y las que estaban en las inmediaciones de dos polígonos, en el que se robó la furgoneta utilizada para el robo y en el que se quemó dicho vehículo tras los hechos.

Ha precisado que no se pidieron los contenidos de las comunicaciones establecidas, sino sólo registros de los números que se conectaron, y ha señalado que del análisis de esos datos llegaron a seis números que tenían en común que se trataba de teléfonos con una corta vida, toda concentrada en los días del robo; y que prácticamente sólo hablaban entre ellos.

También solicitaron las imágenes de las cámaras de seguridad de un edificio frente a la salida del puerto, localizándose dos vehículos, que, posteriormente, fueron seguidos mediante las grabaciones de otros dispositivos ubicados en el recorrido hasta donde se abandonó y quemó la furgoneta. También se localizó uno de esos vehículos en la carretera de Sevilla.

En cuanto a la titularidad de los móviles, ha indicado que figuraban a nombres de paquistaníes "para quitar el rastro de quién pudo comprar o usar esos terminales", ha apuntado el investigador, quien ha explicado que con los movimientos registrados en las cámaras y relacionados con los teléfonos, los agentes pudieron deducir qué teléfonos iban en cada uno de los vehículos.

Por otro lado, dos agentes de la Guardia Civil han señalado que la cámara de seguridad que conectaba la garita con el exterior del depósito fallaba "bastante" y el día de los hechos estaba averiada. Además, han indicado que los registros de vehículos que salían del puerto eran "aleatorios" y que en ese momento había un tránsito frecuente de furgonetas porque el recinto estaba en obras.

Los procesados aseguraron este pasado lunes en la primera sesión del juicio que en noviembre de 2011 no estuvieron en Málaga, explicando tres de ellos que en esa fecha fueron desde Madrid a Sevilla y volvieron. Cuatro acusados sí dijeron que coincidieron en Málaga en agosto de ese año, porque estaban veraneando con sus familias.

En esa fecha, fueron identificados por la Policía Local. El agente que realizó este servicio ha declarado que los localizaron en un coche "sin familia, ellos solos" en el paseo marítimo cercano al puerto. La Fiscalía sostiene que en ese momento realizaron el reconocimiento del lugar y prepararon el plan para llevar a cabo el robo.