Bronca y empujones que protagonizan jóvenes de la FPG y exmilitantes de O Morrazo tras intervenir Beiras

  • Una intervención del portavoz nacional saliente de Anova, Xosé Manuel Beiras, ha terminado en bronca y empujones que protagonizaron, por un lado, los jóvenes de la organización Xeira, que está vinculada a la Frente Popular Galega (FPG), y, por otro, exmilitantes de esta organización independentista integrada en Anova.
Bronca en la III Asamblea de Anova
Bronca en la III Asamblea de Anova
EUROPA PRESS
Bronca en la III Asamblea de Anova

Con todo, este enfrentamiento nada tuvo que ver con el contenido del debate que se estaba dando en ese momento en el plenario de la III Asamblea Nacional, cuando acaba de defender un representante de la asamblea de Ourense, Alfonso Diz, una de las enmiendas más críticas a los textos 'oficiales'.

El detonante fue la intervención de un militante de Cangas que, desde el público, cuestionaba las palabras de Beiras cuando defendía la unidad popular por la que apuesta Anova y reivindicaba su incuestionable trayectoria nacionalista, incluso como miembro de En Marea.

Estos afrentas desde el público motivaron que el secretario de Organización saliente, Rafael Dopico, pidiese a este militante que hablaba desde el público respetar la intervención de Beiras -en ese momento en el uso de la palabra-.

A su vez, originó las protestas de algún miembro del colectivo Xeira por la actitud de este militante -que, según confirmaron fuentes de esta organización a Europa Press, ya no pertenece a la FPG-.

OVACIÓN, ABRAZO Y BRONCA

Tras la intervención de Beiras hubo una fuerte ovación e incluso el veterano político se abrazó con Méndez Ferrín, histórico de la FPG. Sin embargo, al mismo tiempo que se ponía la gente en pie para aplaudir al histórico dirigente de Anova, un grupo de jóvenes de Xeira, que según fuentes consultadas por Europa Press se afiliaron en los últimos meses a la organización nacionalista, se enfrentaron a los militantes que increparon a Beiras y la situación acabó con empujones y patadas.

Para tratar de calmar los ánimos, figuras como el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, separaron a los militantes enfrentados, mientras desde la mesa de la asamblea se hacían llamamientos a la calma. Tras el incidente, miembros de la asamblea de Ourense pedían ya expediente disciplinario para estas personas, porque hubo "patadas".

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