La Policía precinta una casa de citas en un piso de Barcelona propiedad de Pocholo

  • Al parecer, fue la propia familia Martínez-Bordiu la que denunció que en el inmueble se alquilaban habitaciones para prestación de servicios sexuales.
  • El piso se encuentra en las Ramblas, y pertenece a Pocholo y sus hermanos.
Pocholo Martínez Bordiu.
Pocholo Martínez Bordiu.
GTRES
Pocholo Martínez Bordiu.

El Ayuntamiento de Barcelona ha precintado una casa de citas situada en el primer piso del número 81 de las Ramblas. El inmueble, según publicó este jueves La Vanguardia, es propiedad de José María Martínez-Bordiu, más conocido como Pocholo, y de sus cuatro hermanos. Pocholo, habitual en la prensa del corazón, es sobrino de Cristóbal Martínez-Bordiú, quien fuera yerno de Francisco Franco.

Según detalla La Vanguardia, los hermanos poseían en la mencionada ubicación un piso donde se ejercía la "actividad de alquiler de habitaciones a tiempo parcial (meublé) para la prestación de servicios sexuales". El consistorio barcelonés abrió el expediente número 01454 en septiembre de 2016, cuando tuvo constancia de la actividad llevada a cabo en el piso, y el 8 de setiembre, añade el diario, requirió a los hermanos Martínez Bordiu "el cese inmediato de la actividad".

Este aviso, del que, de acuerdo con el periódico, se hizo caso omiso, se ratificó con otra resolución firmada el 17 de noviembre, ya que el 7 de octubre de 2016 la Guardia Urbana comprobó que continuaba dicha actividad, puesto que se alquilaban habitaciones por horas para tener encuentros sexuales.

Finalmente, un edicto publicado el pasado 16 de febrero ordenó al Intendente de la Guardia Urbana del distrito de Ciutat Vella "el precinto inmediato del piso, así como el decomiso de los muebles, herramientas, géneros y el resto de enseres y efectos para la comisión de la infracción". El diario informa asimismo de que a Pocholo y sus hermanos se les ha advertido de que podrían ser acusados de un delito de desobediencia si obstaculizan el precinto o lo rompen posteriormente a la acción de los servicios municipales.

No obstante, y de acuerdo con otra información publicada por El País, que cita fuentes cercanas al caso, fue la misma familia Martínez-Bordiu la que detectó que el inquilino al que habían alquilado el piso lo estaba utilizando como casa de citas. Fue entonces, según este diario, cuando presentaron una denuncia ante el Ayuntamiento y se puso en marcha todo el trámite administrativo.

Los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, informa El País, tienen controlados una veintena de pisos en la ciudad donde, sin ningún tipo de licencia, se alquilan habitaciones por horas para mantener encuentros sexuales.

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