A Sarah Polley la conocemos como actriz de películas como La vida sin mí de Isabel Coixet pero, en esta ocasión, viene como directora de un largometraje que se enfrenta a una dura enfermedad, el alzheimer.
Lejos de ella se presentó ayer a concurso en la Sección Oficial y consiguió arrancar aplausos y lágrimas, aunque también algún pataleo, de los asistentes a su proyección.
La historia se desarrolla desde el punto de vista del marido de un matrimonio que vive su momento más feliz hasta que la mujer empieza a olvidar dónde se guardan las cosas y el camino de vuelta a casa y decide internarse en un centro.
A partir de ahí, ambos se enfrentan al olvido y a la incomprensión. El marido no es consciente realmente de lo que le pasa a su mujer e incluso llega a pensar que todo lo que hace es para castigarle y no porque esté enferma.
El espectador debe enfrentarse también a esta pérdida y descubrir el proceso de deterioro de esta enfermedad, capaz de hacer tambalear los cimientos de un matrimonio sólido como el de los protagonistas, con 44 años juntos.
* Miércoles. Roxy. 12.30 y 19.30 horas.
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