Viajar de noche por carreteras secundarias no es plato de buen gusto. Los conductores se quejan de que están mal señalizadas, en muy mal estado y las estadísticas de Tráfico revelan que la mayoría de los accidentes mortales se registran en estas vías. Para colmo, las invaden animales domésticos, como el caso de las tres vacas localizadas por la Guardia Civil en la carretera N-432 (Córdoba-Granada), en el término municipal de Bélmez. El propietario de los animales, Antonio M. H., ha sido multado con 5.000 euros por incumplir la Ley sobre Protección de la Seguridad Ciudadana.

Los hechos ocurrieron el pasado 4 de mayo a las 2.00 horas, cuando los agentes "comprobaron que había tres vacas propiedad del denunciado sueltas por la citada vía, con grave riesgo para la seguridad de los vehículos y usuarios", según el expediente tramitado por la Subdelegación del Gobierno.

Con antecedentes

El acusado no se enfrenta a su primera multa por no cuidar de sus animales, ya que cuenta con 13 sanciones anteriores por hechos similares. Por estos motivos, el propietario tendrá que pagar 5.000 euros, aunque, hasta la fecha no tiene constancia de ello, ya que se le ha intentado notificar en varias ocasiones la resolución de la sanción sin haberlo localizado.

Según los datos de la Administración central, el dueño de los animales tiene su domicilio en Posadas.

En vista de que no da señales de vida, se le ha dado un mes de plazo para pagar la multa, para lo cual, en breve recibirá una notificación de la Delegación de Economía y Hacienda informándole dónde y en qué plazo deberá efectuar el pago, según fuentes de la Subdelegación. De seguir desaparecido, la sanción se irá incrementando. El último recurso sería decretar su búsqueda y captura y recurrir a la vía penal.

Evitar la tragedia de Luque

Desafortunadamente, la sociedad cordobesa conoce muy bien el peligro que suponen los animales sueltos por la carretera. El 6 de marzo de 2004, un mulo invadía la carretera A-318, en el término municipal de Doña Mencía, y provocó un accidente en el que murieron cinco jóvenes del municipio de Luque. El dueño del animal fue juzgado en noviembre de 2006 y fue condenado a una multa de 600 euros, así como a indemnizar a los familiares de los fallecidos con 355.000 euros.