El fallo, consultado por Europa Press y dictado en firme tras la conformidad de las partes, condena a la progenitora a dos años de prisión al tiempo que le prohíbe comunicarse o acercarse a su hijo a menos de 300 metros durante un periodo de tres años y medio, así como al pago de una multa de 180 euros por las lesiones causadas al menor.

La sentencia da por probado la situación de maltrato que vivió el menor al menos durante cuatro meses en los que convivió con su madre, quien tenía hacía él una actitud de "menosprecio" con expresiones mediante las que le insultaba o le decía que tenía que "estar en un reformatorio".

Igualmente, apunta los "continuos golpes" que recibía la víctima con un palo a la hora de ser levantado de la cama o cuando protestaba por la comida, hasta el punto de que los servicios sociales tuvieron que intervenir y acordar el acogimiento con la familia extensa.

En concreto, el juez Luis Columna destaca un episodio en el que tras una agresión, el menor se refugió en casa de una prima de la madre hasta donde se dirigió la misma, quien comenzó a gritarle desde la ventana con la finalidad de amedrentarlo.

Con ello, el magistrado apunta en que al menos en más de tres ocasiones la acusada agredió a su hijo, con lo que hizo la vida en común "insoportable" mediante una "fractura permanente de la paz que debe reinar en el seno de una familia".