Ciudadanos se ha cansado. Después de permanecer impasible ante las dilaciones del PP a la hora de afrontar la corrupción, el partido anunció este jueves la ruptura de su pacto con los de Génova para sostener el gobierno en minoría del presidente murciano Pedro Antonio Sánchez, que se ha negado a dimitir pese a estar imputado por cuatro delitos en el 'caso Auditorio'.

"No podemos permitir el incumplimiento de un presidente sospechoso de presunta corrupción política y es un presidente sin palabra (...) Se ha enrocado, se ha atornillado al sillón", anunció el portavoz autonómico de Ciudadanos, Miguel Sánchez, después de mantener un encuentro de apenas una hora con el político popular.

El señalado contestó durante un acto público: "Sentido común, responsabilidad y que la justicia haga su trabajo frente al ruido, la erosión y la calumnia de otros. Yo lo único que he hecho en mi vida es, y ha sido siempre, trabajar".

El portavoz de Ciudadanos afirmó a su salida que los naranja no descartan "nada", por lo que iniciarán contactos por el PSOE -segunda fuerza política de la región- para tratar de "buscar soluciones" a la crisis institucional.

Podemos se ha mostrado dispuesto a impulsar una moción de censura para derribar a Sánchez. Su apoyo sería imprescindible para que triunfase, ya que el PP tiene 22 diputados y la oposición suma 23. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, advirtió este jueves, sin embargo, de que no llegarían a tomar una medida tan drástica si Pedro Antonio Sánchez se echase "a un lado" y designase un sucesor.

El PP no está dispuesto, admiten fuentes de la dirección nacional a 20minutos, y mantiene una posición de resistencia. Noelia Arroyo, portavoz del Gobierno de Sánchez, se despachó retando a Ciudadanos a decir si aparca sus diferencias con el PP para que Murcia "siga avanzando" o si prefiere caer "en brazos del PSOE y de Podemos".

El caso de Murcia ha enturbiado aún más las relaciones entre PP y Ciudadanos. A ello hay que sumar que los populares están dispuestos ahora a incumplir el acuerdo de investidura que Mariano Rajoy firmó con Albert Rivera, lo que implicaría que medidas como la supresión de los aforamientos políticos o la limitación de mandatos del presidente del Gobierno no llegarían a aplicarse.

El equipo de Pedro Antonio Sánchez argumenta que ese pacto nacional sitúa la apertura de juicio oral como punto de partida para el abandono de un puesto público, en lugar de la imputación. Sin embargo, el propio presidente de Murcia prometió que se marcharía si era llamado por los tribunales y así figura tanto en el texto de su alianza con Ciudadanos como en la ley de transparencia regional.

A estos documentos se remitió este jueves el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, para responsabilizar al PP del fin de la inestabilidad en Murcia.

"No estamos dispuestos a que ampare esta actitud y Murcia no se lo merece, está engañando a los murcianos", añadió el portavoz autonómico Miguel Sánchez.