Aunque el juicio comenzó a celebrarse el pasado 8 de febrero, no ha sido hasta este miércoles cuando se ha conseguido terminarlo puesto que hubo que suspenderlo en dos ocasiones por la incomparecencia de la víctima y de un testigo cuyos testimonios consideraban fundamentales tanto el Ministerio Fiscal como las defensas de los dos acusados.

Finalmente, la víctima ha declarado este miércoles por videoconferencia y ha señalado a los dos acusados como dos de las tres personas que conducían el vehículo desde el que le dispararon la noche del 2 de julio de 2015.

"Los vi claramente y son ellos", ha dicho la víctima, al tiempo que ha declarado haber recibido amenazas de muerte después de lo ocurrido por parte de la familia de los 'pikikis". Ha declarado ante el tribunal sentir "mucho miedo", aunque ha insistido una y otra vez que los dos acusados eran las personas que iban en el coche desde el que le dispararon "hasta siete veces".

El segundo de los testigos que ha declarado este miércoles se ha retractado de su primera declaración en la que dijo haberlo visto todo y señaló a los dos acusados, para limitarse ahora a decir ante el tribunal que él no vio nada y que no recuerda nada de esa noche porque iba "emporrado".

Dos hombres, de 31 y 32 años, M.E.M, y S.M.M. se han vuleto a

sentar en el banquillo de los acusados como presuntos autores de un delito intentado de homicidio, además de otro de tenencia ilícita de armas, por disparar desde su coche a un mallarín, que resultó ileso.

En su declaración ante el tribunal prestada el 8 de febrero, los dos acusados negaron su participación en los hechos. M.E.M. argumentó que el día de los hechos se encontraba de camino a Fuengirola (Málaga) con su amante. Sin embargo, esta coartada fue desmontada por el Ministerio Fiscal que a través de los seguimientos de los móviles ha situado al acusado en la carretera de Linares la misma noche en la que ocurrieron los hechos.

El segundo de los acusados, S.M.M. declaró que cuando tuvo lugar el tiroteo se encontraba en su casa de Bailén (Jaén) y que se fue huyendo por una llamada de su madre en la que le avisaban de que había habido un nuevo enfrentamiento y que "iban a por todos los pikikis". El acusado declaró que esa misma noche se fue con su familia a Fuengirola con su familia.

Tanto uno como otro rechazaron mantener vivo el enfrentamiento entre 'pikikis' y 'mallarines'. "Yo no tengo nada que ver con eso", ha dicho M.E.M., mientras que S.M.M. indicó que no está implicado en "esa guerra" a pesar de que la desaparición de su propio padre fue investigada y se apunta a que fue una muerte a cargo de los mallarines, aunque nunca se encontró el cadáver.

Todos los juicios donde se han visto implicados pikikis y mallarines suponen un despliegue especial por parte de fuerzas y cuerpos de seguridad para evitar cualquier tipo de incidente entre ambas familias.

Los hechos, según recoge el Ministerio Fiscal en el escrito de calificación provisional al que ha accedido Europa Press, tuvieron lugar en la noche del 2 de julio de 2015, en Linares (Jaén). Según Fiscalía, los dos acusados, M.E.M., y S.M.M., junto a otras dos personas no identificadas, se pusieron de acuerdo y "con ánimo de causarle la muerte, desde el vehículo en el que viajaban comenzaron a disparar contra un mallarín que viajaba en otro turismo.

El tiroteo, dice Fiscalía, tuvo lugar en la carretera de Arrayanes y en el hubo disparos de al menos un arma de fuego, tipo revolver, desde las ventanillas laterales. La víctima pudo agacharse dentro del vehículo y no sufrió daños. Sobre su vehículo impactaron seis impactos, mientras que hubo otro impacto más sobre un vehículo que se encontraba estacionado.

Los daños en el vehículo de la víctima han sido tasados en 1.767 euros, junto a otros 365 euros por los daños en el vehículo que se encontraba estacionado.

Por estos hechos, el Ministerio Público reclama ocho años y medio de prisión para M.E.M., mientras que para el segundo acusado, S.M.M., pide nueve años de cárcel al contemplar el agravante de reincidencia en el delito de tenencia ilícita de armas. Por su parte, las defensas han pedido la libre absolución por entender que no ha quedado probado que los acusados fueran las personas que dispararon.

ANTECEDENTES

No es la primera vez que 'pikikis' y 'mallarines' se ven envueltos en un tiroteo. En marzo de 2008 hubo otro por las calles de Linares. El enfrentamiento más duro entre estas dos familias, sin embargo, se remonta a 2006, cuando dos pikikis asesinaron a Antonio Mallarín Moreno, disparándole en la cabeza por "cagarse en sus muertos". Este hecho llevó a que todos los pikikis tuvieran que abandonar sus viviendas en el municipio linarense, algunas de las cuales fueron quemadas por los mallarines en venganza por lo ocurrido y para asegurarse de que sus ocupantes no volvieran.

Casi dos años después de la muerte de Antonio Mallarín, un patriarca de los pikikis, muy enfermo, expresó su deseo de morir en su casa de Linares. La familia quiso volver a instalarse allí. A plena luz del día, un grupo de mallarines armados irrumpió en el Camino del Madroñal y comenzó un tiroteo indiscriminado donde se vieron implicados miembros de ambos bandos.

La muerte de Antonio Mallarín fue juzgada en julio de 2009 y se cerró con la condena por asesinato a 18 y 19 años de cárcel para los dos pikikis que fueron declarados culpables por un jurado popular. El tiroteo de 2008 se saldó con un acuerdo por el cual los implicados aceptaron penas de hasta cuatro años de prisión por delitos de tenencia ilícita de armas, participación en riña tumultuaria, lesiones y atentado contra la autoridad.