Y es que no hay nada mejor que la buena carne argentina, un baile y un bañito para irse a dormir.
Así ha debido pensar nuestro concursante canario de Gran Hermano, Óliver.
Después de una noche de fiesta, el cantante y la invitada argentina fueron los únicos que permanecían despiertos y decidieron continuar su baile.
Risas, charlas y mucha complicidad entre la pareja, hasta tal punto que los dos se propusieron ir a darse un baño.
Y así fue, acabaron en el jacuzzi disfrutando de una agradable conversación y algún que otro arrumaco.
Y si no preguntárselo a Sole, que su cara refleja el placer que siente con la compañía de Óliver.
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