El Ajuntament de Barcelona ha convocado un concurso internacional para transformar la Rambla con el objetivo de devolverla a los ciudadanos. "El problema no es que haya turistas, sino que solamente haya turistas", ha apuntado la teniente de alcaldía Janet Sanz.

Se busca un equipo interdisciplinar con arquitectos, economistas, sociólogos, ecólogos y especialistas en turismo, entre otros, que elabore primero un documento de estrategias en materia de turismo, movilidad, cultura y patrimonio y espacio público.

En base a eso se redactará después el proyecto de urbanización. La intención es escoger al ganador en verano, que se presente el proyecto en otoño de 2018 y que comienzen las obras a principios de 2019. Se contempla un coste de 661.000 euros sin dirección de obra y 892.000 si se incluye, IVA a parte. En lo referente al coste de la obra, el Ajuntament ha apuntado que dependerá del proyecto ganador.

100 milloones de personas pasan anualmente por la Rambla. De los 30 millones de visitantes que recibe Barcelona cada año, el 80% pasea por esta vía. En un día laborable se pueden producir 300.000 desplazamientos de viandantes, cifra que se incrementa los fines de semana. Ahora bien, la cifra de residentes no llega al millar.

La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha admitido que recuperar la Rambla para los barceloneses es una "asignatura pendiente" desde hace años, y es por eso que una de las condiciones que se han de incluir en los proyectos es que se presenten a este concurso incorporarando la perspectiva de la ocupación de los barceloneses. "Queremos que los vecinos vuelvan a ramblear", ha dicho.

Por su parte, la regidora de Ciutat Vella, Gala Pin, ha apuntado que los barceloneses ya no sienten como suyo este espacio y que por eso se convoca un concurso "que no solo pide un proyecto de urbanización, sino que reclama diferentes planes estratégicos que tienen que ver con el turismo, la movilidad, la cultura y el patrimonio y el espacio público". "Es una estrategia de diferentes capas", ha añadido. De hecho, los equipos tendrán que presentar primero este documento estratégico y después redactar el proyecto urbanístico. También han de incluir una propuesta de participación.

Pin ha apuntado que el Ajuntament no busca "una gran transformación arquitectónica de la Rambla", sino que recupere su "esencia". Ha recordado que ya está vigente un plan especial que define los usos de esta vía y que es un "manual de instrucciones de como intervenir". Este plan elimina leas paradas de pájaros y reduce los kioscos de prensa.

En este proyecto se tendrán que abordar diversos debates, como la discusión entre el tronco, ocupado normalmente por turistas, y su transversalidad, que es por donde pasan los vecinos; la paseabilidad frente a la movilidad; la discusión entre usos turísticos y usos cotidianos, o entre usos colectivos públicos y usos residenciales.

Por su parte, el regidor d'Arquitectura, Paisaje Urbano y Patrimonio, Daniel Mòdol, ha remarcado que la Rambla es un lugar "emblemático donde se acentúan los problemas y las virtudes de Barcelona". Ha apuntado que recuperarla no quiere decir solamente obtener un espacio público de más calidad, sino "conseguir la reconexión entre la Rambla y la ciudad, que vuelva a ser un elemento identitario".

El presidente de la entitad Amics de la Rambla, Fermí Villar, ha subrayado que este concurso era una condición que había puesto el PSC, y ha mostrado su decepción por el aplazamiento de la intervención. A su parecer, "se podría hacer lo mismo con un poco más de agilidad en el calendario". De hecho, ha indicado que hay actuaciones que se desprenden del plan especial que ya se podrían llevar a cabo para contrastar con el "jarro de agua fría" que ha supuesto el calendario.