La normativa dice que los perros deben ir con bozal para viajar en el metro de Barcelona pero se hace la vista gorda a la hora de hacerla cumplir.

Así lo señalan vigilantes de seguridad y usuarios del suburbano y así lo demuestran datos que ha facilitado el Ayuntamiento a 20minutos, que reflejan que en todo el año pasado solo se impuso una multa por no respetar las condiciones que establece la ordenanza municipal de Protecció, Tinença i Venda d'Animals para los canes que usan este transporte público.

En 2015 las sanciones, con un importe de entre 100 y 600 euros, no fueron muchas más, un total de cuatro. Como consecuencia, los dueños de los canes los llevan en el metro como les viene en gana, algunos con bozal y otros sin.

Los propios responsables de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) reconocen que la problemática existe. "Se encuentran perros sin bozal y hay que insistir", apuntan fuentes de la empresa pública, y atribuyen la escasez de sanciones a que cuando se detecta un animal que no lo lleva, "los vigilantes de seguridad requieren a los usuarios que se lo pongan y solo se avisa a la Guàrdia Urbana para que les multe en caso de que no lo hagan".

Lo mismo cuentan desde el consistorio. "Normalmente cuando se observa una infracción se avisa antes de poner la sanción por si se puede corregir al momento. Es decir, si se ve que el animal no lleva bozal, se recuerda que tiene que llevarlo", indican.

Sin embargo, a pesar de lo que explican desde TMB y el Ayuntamiento, fuentes del comité de empresa de Securitas, compañía a la que pertenecen algunos de los vigilantes de seguridad del metro, aseguran que "no se suele actuar".

Cuentan que solo llaman la atención a los ciudadanos que llevan a los perros sin bozal "si hay una orden del jefe de estación o de la Unidad de Seguridad y Protección Civil (USPC)", lo que, según aseguran, no ocurre con frecuencia. Afirman, además, que si no actúan los vigilantes de seguridad tampoco lo hacen "ni la Guàrdia Urbana ni los Mossos d'Esquadra".

Las mismas fuentes aseguran que en el suburbano "casi todos los perros van sin bozal". "Los dueños dan excusas como que no existen modelos para los más pequeños o que es injusto que los tengan que llevar porque están bien educados", añaden.

Desde la plataforma en defensa de los perros Espai Gos, su portavoz, Àngela Coll, dice entender que se exija que los canes vayan con bozal en el metro "porque es más seguro y hay gente a la que le dan miedo" pero apunta que no está a favor de la medida.

"Es como si a ti te ataran las manos", señala. Coll propone que en vez de obligar a los perros a llevar bozal, se modifique la normativa para "destinar los últimos vagones de cada tren para ellos". En cuanto al control en el suburbano, la portavoz de Espai Gos considera que "debería haber más", pero "no solo con los dueños de los perros, sino con todos los usuarios".

Además de llevar bozal, los perros deben ir con una correa no extensible.

Tienen prohibido el acceso en las horas punta, de las 7 a las 9.30 y de las 17 a las 19, excepto los fines de semana y durante el verano.

Lidia Solé, 18 años, estudiante

"La mayoría de perros que veo van sin bozal y me parece mal porque se pueden alborotar y perjudicar a los usuarios del metro. Los vigilantes de seguridad deberían controlar más a sus propietarios".

Pedro Mediavilla, 23 años, estudiante

"Los dueños de los perros tendrían que respetar las normas y llevarlos con bozal. Si no están acostumbrados a ir en metro la pueden liar. Si son pequeños, aún, pero si son grandes el bozal es imprescindible".

Irene Maestro, 57 años, profesora

"Justo acabo de ver a un perro pequeño sin bozal. Yo tengo uno y creo que aunque parezca que no hace falta, es mejor ponérselo porque nunca se sabe como pueden reaccionar los animales".

Francisco Javier Jiménez, 40 años, conductor

"Supongo que quien lleva a su perro sin bozal en el metro es porque lo conoce. Está bien que esté prohibido, para evitar que muerdan, pero pagan justos por pecadores. Los vigilantes no controlan nada".