La gala de los Oscar, como ocurre con la de los Goya, lleva unos años de capa caída en lo que a audiencias televisivas se refiere. Pero esa tendencia va a cambiar este domingo. ¿El motivo? El llamado 'efecto Trump'.

Las polémicas primeras semanas de Trump como presidente de Estados Unidos han generado un torrente de críticas desde todos los sectores. El del cine es uno de ellos y se espera que en esta gala abunden los discursos y los mensajes críticos con el presidente, como ya han hecho varios artistas, desde Meryl Streep hasta los cineastas nominados a la mejor película de habla no inglesa.

Un síntoma inequívoco de que la gala va a ser más vista que otros años es el del precio de la publicidad. La cadena ABC, que emite la gala, ha aumentado el precio del 'spot' para este año. Así, las marcas pagarán 1,8 millones de euros por 30 segundos de anuncio, casi medio millón más que en 2016, recoge el Daily Mail.

"La gente normalmente se fija en los vestidos. Pero este año quieren protestas y drama", dice un miembro de la Academia de Cine al rotativo inglés.

Donald Trump decidió hacer competencia a la gala de los Óscar con la celebración en la Casa Blanca del baile de los gobernadores, la primera gran fiesta que organiza desde que llegó al poder.

Mientras en Los Ángeles se celebra la gala de los Óscar, Trump y su esposa Melania serán los anfitriones en Washington de un baile al que están invitados los líderes de los 50 estados del país, tanto demócratas como republicanos.

"Estoy orgullosa de poder invitar a todos los gobernadores a la Casa Blanca para este importante evento anual", dijo en un breve comunicado la primera dama, Melania Trump.

"Esta noche nos unimos como una sola nación, dejando atrás las posiciones políticas y los intereses partidistas", añadió Melania, que hará de maestra de ceremonias y tratará de silenciar a aquellos que critican que se haya ausentado de la Casa Blanca para vivir en Nueva York con su hijo.