Así lo ha dicho en referencia a la limitación de la vacuna de la tos ferina y a la falta de suministro y eliminación de la inyección contra la meningitis B, a las que ahora se suma la limitación de la aplicación de la del tétanos-difteria.

A juicio del portavoz de Sanidad del PSOE en el Parlamento, lo que "causa mayor desagrado" es la sensación de que las alteraciones en las vacunas "están sujetas únicamente a criterios de disponibilidad por parte de las farmacéuticas" y que, por tanto, responden más "a criterios empresariales" que "clínicos".