Rajoy mantiene a Cospedal, aumenta los poderes de Maillo y prescinde de los aguirristas

María Dolores de Cospedal es ovacionada por los suyos al ser confirmada por Rajoy de nuevo como secretaria general del PP.
María Dolores de Cospedal es ovacionada por los suyos al ser confirmada por Rajoy de nuevo como secretaria general del PP.
EFE
María Dolores de Cospedal es ovacionada por los suyos al ser confirmada por Rajoy de nuevo como secretaria general del PP.

María Dolores de Cospedal seguirá al frente de la Secretaría General del PP. Así lo ha decidido Mariano Rajoy, que este sábado confirmó a la también ministra de Defensa en su puesto pese al malestar interno por la acumulación de cargos de la manchega y que se ha saldado, por el momento, con dos dimisiones. A cambio, y a fin de diluir la discusión, Rajoy asciende a Fernando Martínez-Maillo de vicesecretario a coordinador general y responsable Electoral y de Organización, una figura que José María Aznar ya utilizó durante su etapa al frente de los populares y que el zamorano venía ejerciendo de facto.

Rajoy quisó reconocer el trabajo de Cospedal durante las peores horas del 'caso Gürtel' y la crisis de los 'papeles de Bárcenas', cuando se vio obligada a defender la indemnización en forma de "simulación" y "en diferido" al extesorero. Sin embargo, la nueva distribución de responsabilidades nacida del 18º Congreso que los populares celebran este fin de semana en Madrid le arrebata el control del día a día de la organización, que pasa a manos de Maillo.

Fuentes internas confirmaron que solo ellos sabían hasta dónde llegarían los cambios que el presidente ha decidido acometer en la que será su cuarta etapa al frente de los de Génova, tras los congresos de Madrid (2004), Valencia (2008) y Sevilla (2012). Rajoy les comunicó su decisión en la tarde del viernes, antes de que se produjese el debate de la enmienda a la ponencia de Estatutos que pedía limitar los poderes de la secretaria general y que esta superó por solo 25 votos.

Cospedal respondió a la ovación que le tributó el plenario con rictus serio. Sus compañeros negaron que se debiese a su descontento con la decisión del líder del PP, aunque, justo a continuación comprobó que Rajoy prescindía de uno de sus hobres de confianza, José Ignacio Echániz, en la composición de la ejecutiva.

Cifuentes gana fuerza

Las listas que el político gallego presentó al Comité de Dirección y la Junta Directiva Nacional, que obtuvieron el 95,65% de los votos de los compromisarios ante la ausencia de rivales, apenas contienen novedades.

Fernando Martínez-Maillo recibirá el apoyo de Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy, que continuarán al frente de las vicesecretarías de Comunicación, Política Social y de Estudios y Programas, y de Javier Arenas, que repite en el Área Autonómica y Local. Por debajo de ellos actuará el exdiputado Juan Carlos Vera, que se ocupará de la coordinación de las secretarías ejecutivas y sectoriales. "Son los que había, no los he cambiado, porque en esta vida lo que no funciona no se cambia", zanjó Rajoy.

De la segunda línea salen los exministros Alberto Ruiz-Gallardón, José Manuel García Margallo y Federico Trillo y el veterano Juan José Lucas. Rajoy incluye, a cambio, a Jorge Fernández Díaz, Luis de Grandes y Miguel Ángel Cortés. Dolors Montserrat, ministra de Sanidad, e Isabel García Tejerina, responsable de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno, se unen al ya presente Álvaro Nadal (Energía) para mejorar la coordinación entre partido y Gobierno.

Entre las perjudicadas con el cambio está Esperanza Aguirre, que pierde su capacidad de influencia con el relevo como vocales de Ignacio González, su mano derecha y sucesor en la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y Lucía Figar, exconsejera en su gobierno y que forma parte de su círculo personal. Ana Botella, exalcaldesa de Madrid y esposa de José María Aznar, también abandona esa función, justo después de que el expresidente de honor y su fundación (Faes) hayan roto los lazos con Génova.

La beneficiada es Cristina Cifuentes, presidenta de la gestora madrileña y anfitriona del cónclave, que ve ascender a la cúpula del partido a Ángel Garrido y a Jaime González Taboada, números dos y tres de la lista electoral con la que ganó las últimas elecciones autonómicas, respectivamente.

Objetivo, las autonómicas

La misión de esta nueva dirección "coral", según la calificó Pablo Casado, será mejorar la comunicación, ampliar la base social y engrasar el funcionamiento de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2019. El PP quiere llegar a esta cita con un partido "más grande, más unido, que defienda los valores de siempre", que para Rajoy son las reformas económicas, la integridad territorial de España frente a los que quieren "aniquilarla" y una construcción europea que "populistas de todo pelaje" ponen en peligro.

El PP cumplió con la llamada a la unidad postergando cualquier debate espinoso. La defensa de la gestación subrogada, por ejemplo, queda aplazada hasta que el partido consulte a los "expertos". El "humanismo cristiano" que define al PP pasará del preámbulo al articulado de los estatutos para contentar al sector más conservador, que también ha conseguido definir el aborto como un "fracaso de la sociedad". La corrupción quedará como "parte de la historia mala del partido", concluyó Rajoy.

Los populares evitaron atacar al PSOE, pero dejaron recados a Ciudadanos -Javier Maroto los definió como "socialdemócratas los días pares y liberales los impares"- y a Podemos -"No nos preocupa qué será de nosotros el lunes", dijo Andrea Levy en referencia a la 'batalla' de Vistalegre-. "Somos reformistas, a nuestro ritmo, no dirigidos por la moda o el qué dirán (...) Llevamos mucho tiempo trabajando por España", cerró el presidente.

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