Un Rajoy sin oposición pide el aval de su partido en el congreso

Rajoy asiste a la primera sesión de trabajo de la reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebra en el Palacio del Gran Maestre, en Malta.
Rajoy asiste a la primera sesión de trabajo de la reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebra en el Palacio del Gran Maestre, en Malta.
EFE/Presidencia del Gobierno/Diego Crespo
Rajoy asiste a la primera sesión de trabajo de la reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebra en el Palacio del Gran Maestre, en Malta.

"Como una apisonadora". Así ve un barón del PP a Mariano Rajoy en vísperas del 18.º Congreso del partido, que le confirmará, este fin de semana, como presidente de los conservadores españoles hasta el año 2020.

El líder gallego reunirá, entre el viernes y el domingo, a 3.128 compromisarios de toda España para perpetuar un proyecto que arrancó en 2004 y que superará, en caso de que agote su mandato, los 14 años que José María Aznar estuvo al frente de los populares.

A pesar de que la cita se produce con dos años de retraso, debido a la repetición de las elecciones, Rajoy llega sin prisas, sin preocupaciones y sin apenas contestación interna, representada hoy por el ala liberal de Esperanza Aguirre, entre otros, y la rama más conservadora, que exige que el PP defienda claramente valores como el humanismo cristiano, las políticas contra el aborto, la unidad nacional o la educación religiosa.

La continuidad de María Dolores de Cospedal en la Secretaría General, la posición frente a la gestación subrogada o la posibilidad del voto en conciencia están entre los pocos debates que tendrán lugar en la Caja Mágica de Madrid. Estas son las principales claves del congreso:

Estabilidad: Rajoy tardó siete años en gobernar desde que asumió la Presidencia del PP. Lo hizo en 2011, tras sobrevivir al intento de golpe interno que Aguirre y otros dirigentes alentaron en el 16.º Congreso, celebrado en Valencia. La 17ª cita, que tuvo lugar en 2012 en Sevilla, fue un mero trámite: en ese momento, el PP tenía la mayoría absoluta más amplia de la democracia (186 diputados).

La crisis, los recortes, la corrupción y la llegada de Ciudadanos hicieron que se desplomase hasta 123 escaños en 2015, que fueron 137 en 2016. Rajoy ha superado todos los obstáculos sufriendo apenas arañazos. Madrid le dará un nuevo espaldarazo.

Separación de FAES: José María Aznar renunció a la Presidencia Honorífica del PP en diciembre de 2016. Dos meses antes, la fundación FAES, que él mismo encabeza, hacía pública su separación absoluta del partido, que perdía su laboratorio de ideas.

Rajoy lograba así –a fuerza de ignorarlo– sacudirse a Aznar, la conciencia colectiva más respetada en Génova y, a la vez, un molesto observador que aguijoneaba a la actual dirección en un lucha por mantener los valores del partido.

La actitud impasible de Rajoy frente al desafío soberanista en Cataluña, su negativa a cumplir la promesa de endurecer la ley del aborto o las subidas de impuestos chocaban de frente con las del histórico expresidente, que terminó por buscarse un lugar propio e independiente. Fuentes del PP han confirmado a 20minutos que Aznar no ha sido invitado al 18.º Congreso. «Pero él no necesita invitación, puede asistir si lo desea», apuntan desde Génova.

¿Ascenso de Maíllo?: La incorporación de Dolores de Cospedal como titular de Defensa en el nuevo gabinete ministerial supuso un premio para la también secretaria general del PP, pero abrió un debate interno sobre la conveniencia de que la expresidenta manchega sumase responsabilidades institucional a su poder orgánico.

La designación del actual vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo, como coordinador general del partido –figura que ya se utilizó en el pasado– sería la solución. «Fernando ya ejerce como tal en la práctica; sería bastante lógico», ha admitido una fuente interna a este diario.

La sucesión, aplazada: Los retoques en el equipo de dirección serán mínimos. El presidente, recuerda un miembro de su gabinete, acostumbra a dar pocas sorpresas y no es amigo de cambiar las cosas que funcionan.

Ninguno de los consultados espera que Rajoy dé pistas acerca de su sucesor, un debate que queda, de nuevo, aplazo hasta que acabe su mandato. Rajoy, aseguran, volverá a ser candidato en caso de que la imposibilidad de aprobar los presupuestos provoque un adelanto electoral. Los candidatos para dirigir el futuro PP no han variado: Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, son los favoritos.

Un debate sin debate: Rajoy no quiere desaprovechar la oportunidad que Podemos le ha brindado, colocando su congreso el mismo fin de semana, para que los españoles comparen y vean a su partido como un bloque sólido frente a la guerra que parecen protagonizar los de morado. «En el PP no hay debate, para lo bueno y para lo malo. Ahora, nos beneficia», concede un compromisario.

Fernando Martínez-Maíllo, Javier Arenas, Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy, coordinadores de las ponencias de Estatutos, Económica, Europea, Social y de Educación y Cultura, respectivamente, llevan días negociando y transaccionando las enmiendas más polémicas para evitar que la armonía se rompa.

Cristina Cifuentes (Comunidad de Madrid) e Isabel Bonig (Comunidad Valenciana) han obtenido permiso para celebrar congresos regionales asamblearios a cambio de retirar su petición de que el PP instaure las primarias. Esperanza Aguirre ha logrado incluir sus propuestas educativas. La gestación subrogada se dejará en manos de los expertos con el objetivo de que el sector conservador no levante la voz, aunque se aceptará el voto en conciencia para cuestiones éticas.

Liderazgos regionales: Al cónclave nacional le seguirán los regionales y provinciales. La intención de Rajoy es que los primeros tengan lugar entre febrero y el 14 de abril (Viernes Santo); los segundos, entre esa fecha y el verano. De esta forma, el nuevo PP tendrá dos años por delante para afrontar el «gran reto» de las elecciones municipales y autonómicas, que tendrán lugar a finales de mayo de 2019.

Alberto Núñez Feijóo carece de sucesor en Galicia. Cifuentes, que mantiene una gestora en Madrid, debe ser confirmada. Valencia y Baleares buscan nuevos líderes, al igual que Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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