Antonio Iturbe gana el Premio Biblioteca Breve con una novela sobre Saint-Exupéry

  • El escritor y periodista ganó el premio gracias a su novela A cielo abierto, que se publicará el próximo 7 de marzo, día del cumpleaños del autor.
  • En ella recrea la figura del escritor y aviador Saint-Exupéry, autor de El Principito.
  • Iturbe confiesa que comparte con el autor una intención moralista, algo que "no está de moda" en la literatura contemporánea.
El escritor aragonés ha obtenido el premio literario por su novela 'A cielo abierto'.
El escritor aragonés ha obtenido el premio literario por su novela 'A cielo abierto'.
EFE
El escritor aragonés ha obtenido el premio literario por su novela 'A cielo abierto'.

El periodista y escritor Antonio Iturbe ha ganado el Premio Biblioteca Breve con su novela A cielo abierto, una obra en la que recrea la figura del escritor y aviador Antoine de Saint-Exupéry y los primeros años de la aviación civil francesa.

El jurado del premio estaba integrado por Fernando Aramburu, Pere Gimferrer, Lola Larumbe, Manuel Longares y la editora de Seix Barral Elena Ramírez.

El autor ha confesado el lunes, tras el fallo del premio, que ha sentido "fascinación desde la infancia" por el autor de El Principito, libro que tuvo oportunidad de leer con apenas doce años.

"Como en el juego de la oca, un libro lleva a otro y fui descubriendo, como en una yincana asombrosa, el resto de sus libros", ha apuntado Iturbe, quien asegura que tiene "una relación más profunda con Saint-Exupéry que con la mayoría de personas que conozco en mi vida cotidiana".

Una historia situada en los años viente

Iturbe se adentra en los años veinte y los pioneros de la aviación francesa a través de la relación entre tres amigos, Jean Mermoz, Henri Guillaumet y Antoine de Saint-Exupéry, un aristócrata venido a menos, aventurero y soñador. Tres heroicos aviadores que abrieron nuevas rutas hacia África y líneas inexploradas en Sudamérica.

Las peripecias de los tres aviadores llevan al lector por Palmira (Siria), Dakar (Senegal) y Cabo Juby (Marruecos), Buenos Aires, Río de Janeiro, Barcelona, Casablanca (Marruecos), Nueva York, Túnez o Cerdeña.

Mientras se descubren nuevas rutas aéreas, el lector asiste al surgimiento del escritor Saint-Exupéry, al origen de sus libros, en especial a la gestación de El Principito, a un retrato de su autor, el personaje de Tonio, alguien sin interés por el éxito que en su interior guarda el recuerdo de la historia de amor imposible con Louise de Vilmorin.

Iturbe se ocupa también de su relación de entonces con Consuelo Suncín, que lo desconcierta, así como de los graves conflictos políticos de la época, que lo atormentan hasta el punto de que decidirá arriesgar su vida y luchar contra la amenaza nazi.

Sobre los tres amigos, el autor comenta que, "aunque los tres son arquetipos en sí mismos, también son personajes ambivalentes: Guillaumet es sereno, pero también toma decisiones rabiosas en su aventura en los Andes; Mermoz es el que más se deja arrastrar por las tentaciones; y Tonio es sensible e inseguro, pero, cuando hay que ir a un rescate, es el que más arriesga". De los tres, el tercero, Saint-Exupéry, es el que le suscita más atracción: "Siempre prefiero a los que dudan".

Una intención moralista

Confiesa Iturbe que comparte con Saint-Exupéry esa intención moralista y, de hecho, A cielo abierto, que se publicará el 7 de marzo, día del cumpleaños del autor, "es una novela moralista, aunque hoy no esté de moda".

A Iturbe le importa el moralismo y se aleja de la corriente actual que prestigia a la literatura del escepticismo, la náusea urbana, el nihilismo, el realismo sucio y el desapego.

Hablando de moralismo, Iturbe trae al recuerdo las recientes palabras de la actriz Meryl Streep en los Globos de Oro: "En un ambiente festivo, la actriz lanzó ese sermón laico para hablar de esos grandullones que humillan en público y que al hacerlo invitan a que los poderosos puedan humillar a los pobres. Al final, el silencio también mata cuando los débiles sufren, como decía Saint-Exupéry".

Su intención "no era levantar un acta notarial, sino ofrecer un retrato desde dentro de los motores de los aviones, llenos de grasa", ha repuesto.

Preguntado por uno de los enigmas de la vida de Saint-Exupéry, su muerte, el ganador del Biblioteca Breve recuerda que "no hay certeza absoluta sobre su muerte, no se sabe si murió a consecuencia de una avería, si se suicidó o fue derribado por un piloto de la fuerza alemana" y sobre esa incertidumbre ha construido su propia verdad, que no ha querido avanzar para no destripar la historia al lector.

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